El grupo Kering refuerza su posición en la industria del lujo circular

La industria del lujo pretende participar, cada vez en mayor medida, en la economía circular. Ésta se basa principalmente en eliminar residuos y contaminación desde el propio diseño, mantener productos y materiales en uso y regenerar hábitats naturales.

Todo ello requiere un replanteamiento de los modelos de negocio tradicionales que han ido marcando el ritmo hasta ahora. Aunque en los últimos informes sobre empresas de moda se señala la sostenibilidad como una de las principales tendencias en la industria, modificar estructuras que han estado funcionando hasta el momento no siempre es sencillo.

Uno de los ejemplos de cómo hacer que los productos y materiales se mantengan vivos y sostenibles es el consabido “darle una segunda vida a tu ropa”. Algo que hemos visto recientemente con la campaña de Barbour, representada durante más de 30 años en España por el grupo Ogoza, con su programa Barbour Re-loved, orientado al reciclaje de sus prendas.

Ya no hay miedo a la segunda mano

Las nuevas generaciones han contribuido a eliminar el estigma que tenía la segunda mano. El enorme éxito de plataformas como Wallapop, es un ejemplo palpable. Por otro lado, esta forma de compra también es una oportunidad para conseguir ediciones de coleccionista o productos que ya no se encuentran en el mercado tradicional.

Una tendencia en la que, como en tantas otras, la tecnología es una herramienta indispensable. Sobre todo para que las firmas se decidan a colaborar. Además, a las marcas les interesa controlar todo el ciclo de vida del producto para continuar en su lucha contra las falsificaciones.

El motivo es que la garantía de lo que se compra es un factor clave. Por eso, la aparición de plataformas que transmiten confianza y seguridad es una de las razones por las que esta industria está creciendo a enorme velocidad.

El grupo Kering ha decidido adentrarse en el mercado de segunda mano

La maisons Gucci, Alexander McQueen o más recientemente Balenciaga, que acaba de poner en marcha su propio programa de reventa de moda de la mano de la plataforma de tecnología y logística bajo el nombre Re-Sell Program; ofrecen a sus clientes la posibilidad de dar una segunda vida sus prendas o complementos de la marca que ya no usan.

Según la información que aparece en la nueva web, serán los propios clientes de Balenciaga quienes participen en el proceso. “Se persigue empoderar a los clientes para que le den una segunda vida a su guardarropa”, apuntan desde Balenciaga.

Se aceptan todo tipo de artículos, de todas las colecciones, de creadores artísticos que han pasado por la compañía e incluso del outlet. Quienes accedan a este servicio, hasta el momento operativo en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia y Singapur, pueden elegir para la reventa entre organizar la recogida gratuita en el domicilio o depositar las prendas en las tiendas asignadas para la reventa.

En septiembre del año pasado, Gucci creó la tienda online experimental Gucci Vault con piezas vintage y de segunda mano. Y el pasado mes de junio, Valentino también anunció que comenzaría a vender artículos antiguos recogidos de los clientes a cambio de crédito en su tienda online

Kering entra en el capital de Vestiaire Collective

Una de las principales plataformas del lujo circular Vestiaire Collective anunció hace unos meses una ronda de financiación para reforzar su plataforma online. Gracias a ello alcanzó un capital adicional de 180 millones de euros para una valoración total de la empresa en unos 1.500 millones de euros, donde Kering posee el 5%, en una clara puesta en marcha para operar un creciente mercado online de búsqueda de artículos de moda y lujo de segunda mano. 

La plataforma cuenta con un proceso de autentificación, digital y físico, único, y altamente eficiente Y Llevado a cabo por un equipo de más de 60 expertos. Unos factores que hacen que Vestiaire Collective esté especialmente bien posicionado para encontrar nuevos clientes que buscan productos de calidad que van a durar un tiempo, y que no se han producido específicamente para ellos. Del mismo modo, las personas pueden vender sus cosas en lugar de tirarlas y contribuir a la sostenible economía circular.