Los comerciantes de Plenilunio, chantajeados

El enfado de algunas firmas comerciales españolas con el grupo francés Klépierre es más que evidente. Hablamos en concreto del centro comercial Plenilunio, situado en el barrio de Las Rejas, en Madrid y adquirido por Klépierre en marzo de 2015 por unos 400 millones de euros. Comerciantes que llevan en este centro desde su apertura en 2006 y que se han visto «obligados», según nos cuentan textualmente, a abandonarlo «por las condiciones leoninas que nos imponían en los nuevos contratos de arrendamiento».

Los comerciantes, indignados, nos cuentan que los representantes de Klépierre en España les han situado «entre la espada y la pared». Uno de ellos nos explica que al renovar el contrato en Plenilunio «nos obligan en el mismo a abrir otra tienda en otro centro comercial propiedad de Klépierre. En mi caso me ofrecieron ‘El Ferial’ de Parla (4 millones de visitantes al año) y ‘Gran Vía de Hortaleza’ (6,5 millones de visitantes al año). Centros comerciales que no tienen la afluencia que tiene Plenilunio (11,3 millones de visitantes al año) y cuyo alquiler, además, me querían cobrar a un precio que no se ajusta al valor del centro. En su momento, consideré la posibilidad, pero en el transcurso de las negociaciones me di cuenta de lo que yo incluso considero como un chantaje, porque además se ligaba por contrato a ambas tiendas. Si en el futuro me va mal en la nueva tienda y tengo que cerrarla, debería cerrar las dos».

A todo ello hay que sumar el descontento que muestran por el importante incremento en los alquileres dentro de Plenilunio. «Por mi local pago unos 50 euros por metro cuadrado de renta al mes y quieren subirlo a 65 euros. El precio de la comunidad era de 14 euros metro cuadrado al mes y desde enero nos cobran 25 euros por metro cuadrado. Entre el 40 % que me suben la renta y casi el 50 % de incremento de gasto por comunidad, la subida del alquiler para mi tienda en Plenilunio rondaría los 2.500 euros al mes. Algo que no puedo trasladar a mis clientes. A todo ello debería sumar la inversión que supone abrir otra tienda en otro centro comercial, de incierto futuro. Eso es abusivo», nos dice el dueño de una de las tiendas afectadas.

Los comerciantes no ocultan tampoco su malestar por las formas empleadas durante las negociaciones. «En uno de los momentos me llegaron a decir textualmente: ‘Las decisiones se toman en Francia… bueno, en Francia no, en París, porque los parisinos son peores que los franceses’. Ante esto, empecé a pensar que más allá de una decisión empresarial o financiera, que busca la máxima rentabilidad de una inversión, hay un punto incluso de racismo o xenofobia… todo lo que huela a español, a la calle».

Un comerciante en particular nos dice que «el año pasado cerraron en Plenilunio unos diez comercios y que desde enero y debido a las condiciones que les están presentando, se han marchado de este centro comercial siete tiendas, casi todas comercio PYME español. Desde la dirección del centro nos dicen que quieren marcas de proyección internacional, pero no es un discurso muy coherente. Si yo cumplo las condiciones que me exigen y me quedo… entonces, ¿soy una marca de proyección internacional?… según ellos, como me niego a abrir en El Ferial de Parla, no puedo seguir en Plenilunio porque no soy una firma de proyección internacional. Pero si abro otra tienda allí, me convierto al instante en una empresa con proyección internacional. No tiene sentido».

Desde Klépierre afirman que la ocupación de Plenilunio actualmente es del 100 % y que tras la compra del centro, se ha desarrollado una estrategia para reforzar la oferta de operadores en el mismo, atendiendo a la demanda de sus clientes y de los consumidores. La empresa francesa asegura que esa estrategia ha tenido como resultado un aumento considerable en las afluencias a Plenilunio y por consiguiente también en las ventas, situación que ha despertado el interés de muchas marcas. Para este año, dicen, Klépierre tiene prevista una importante inversión en Plenilunio para mejorar la experiencia de visita y de compra de sus clientes. Y nos aseguran que su intención es reforzar la oferta comercial para dar cabida a pequeñas, medianas y grandes marcas, teniendo siempre como punto de partida la demanda actual de los consumidores.

Según las últimas cuentas del grupo francés, el valor de mercado de sus activos en España al cierre de 2016 alcanza los 1.485 millones de euros, cifra que representa el 6,5 % del total del valor de la cartera, que supera ligeramente los 22.800 millones de euros. La revalorización de la misma en España en el último año ha sido del 1,6 %. Klépierre, que gestiona centros comerciales por toda Europa (principalmente en Francia, Bélgica, Dinamarca, Noruega y Suecia) facturó en 2016 algo más de 1.300 millones de euros, solo un 0,4 % más que el año anterior. Un ejercicio en el que Plenilunio ha destacado positivamente, junto al noruego Oslo City (10,6 millones de visitantes al año), como generador de ingresos: entre ambos, 22 millones de euros facturados.

Los centros comerciales gestionados por Klépierre en España, 16 en total, generaron al grupo francés algo más de 92 millones de euros en el último año, seis millones más. Entre sus centros premium en España, además de Plenilunio, se encuentran Meridiano en Santa Cruz de Tenerife (8,1 millones de visitantes al año), Príncipe Pío en Madrid (11,3 millones de visitantes al año), Maremagnun en Barcelona (11,4 millones de visitantes al año) y La Gavia en Madrid (13,1 millones de visitantes al año).

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