Día de resaca, dirán algunos, en el post día de la mujer trabajadora. Yo prefiero llamarlo: Día del Despertar, como si fuera el octavo día después de que Dios creara el mundo. No va de comentario pretencioso, sino porque después de la maravillosa exposición informativa con la que contamos los días previos y el mismo 8 de marzo, me da por ser optimista y pensar que el mundo ha girado unos graditos más hacia la ansiada igualdad.
Estoy convencida de que habrá muchos que se habrán unido a la causa de una sociedad más igualitaria y enriquecedora para todos. Y no solo eso, sino que si les da por leer e indagar, habrán descubierto novedades interesantes como los cómics basados en biografías de mujeres que lucharon por cambiar el mundo. Un ejemplo es Miss Davis, de Amazing Améziane y Sybille Titeux, sobre la profesora y política estadounidense Ángela Davis, una mujer que fue declarada enemiga pública número 1 del Gobierno; o la biografía ilustrada de la cantante Patty Smith por Ana Müshell. Puede que hayan optado por leer a autoras de la talla de Caterina Albert (más conocida como Víctor Català), Elisabeth Mulder o Elena Garro. Mujeres que no obtuvieron el reconocimiento en una época donde lo femenino valía menos que un real.
A esa lista se suman centenares y miles de nombres que desearon enterrar pero que, por suerte, estamos desempolvando y ofreciéndoles los merecidos homenajes. Este Día del Despertar sirve para digerir lo vivido y cambiar conciencias. Una gran cantidad de mujeres y hombres han salido a la calle a favor del feminismo, sin complejos ni miedo a que nadie trate de descalificar la causa como una lucha contra lo masculino, de amargura y conflictiva. Me decía una amiga mía a la que aprecio y de unas generaciones mayor: “Se acabaron los matices. Somos feministas y punto”. Me hizo sonreír y sentirme orgullosa nuevamente de ella y de todos aquellos que están en esto.
Los vientos contrarios llegan con la poca fuerza de haber sido, con esfuerzo y años, desactivados siendo huracanes. La ignorancia y el miedo suelen ser grandes aliados para detener el avance y resistirse al cambio. Si hace un par de años la palabra ‘feminista’ se encontraba entre las más buscadas en Google, ahora existen listas de reproducción en Spotify de canciones consideradas himnos feministas.
La cantidad de información que sale de cuadernos olvidados o de debajo de las piedras sirve para mostrar que esta lucha forma parte de uno de los movimientos más importantes del siglo pasado y el actual. Que no es una moda, ni una postura, ni una cruzada de mujeres amargadas, sino un movimiento que ha logrado grandes cambios sociales tan o más importantes que el movimiento obrero. Y ha llegado el tiempo de que se le reconozca su lugar en la historia y sus méritos. Por eso, el día post 8 de marzo debería ser como cuando a los niños les dan los regalos el día de Reyes y necesitan un día entero para jugar con ellos. El Día del Despertar. Un día para leer y sentir que comienza una nueva era en cada uno de nosotros: porque el futuro va más allá del género.
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