Iberdrola lo ha vuelto a hacer. La compañía ha lanzado un plan de inversión histórico de 75.000 millones de euros para el periodo 2020-2025, con el objetivo de adelantarse y aprovechar las oportunidades de la revolución energética que afrontan las principales economías del mundo. Más renovables y mejores redes para tener hoy la energía del futuro y consolidar a esta empresa a la cabeza del sector energético mundial.
El programa de inversiones impulsado por Iberdrola para los próximos seis años es el mayor de una empresa española. Un montante que contribuirá a la dinamización del tejido industrial y el empleo en los países donde el grupo opera. Así lo ha explicado su presidente, Ignacio Galán, en la presentación del Plan 2020-2025: “Nuestro modelo de negocio, tras 20 años anticipando la transición energética, nos sitúa como un agente tractor clave en la transformación del tejido industrial. Impulsando con nuestra experiencia, compromiso social y capacidad financiera un modelo de crecimiento económico sostenible a largo plazo capaz de hacer frente a los retos actuales de la sociedad”.
Por ello, mantendrá como ejes de su actividad la economía social de mercado y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Además, las inversiones y las compras de bienes y servicios a sus más de 22.000 proveedores contribuirán al sostenimiento de alrededor de 500.000 puestos de trabajo en 2025 en el mundo. Asimismo, prevé cerca de 20.000 nuevas contrataciones en el grupo durante el mismo periodo. En 2022, serán más de 10.000 contrataciones e impulsará la creación de hasta 30.000 puestos de trabajo.
La compañía, que solo en 2019 contribuyó a la fiscalidad de los países donde opera con 8.200 millones de euros, espera que su esfuerzo fiscal aumente en 2025. Lo hará hasta los 12.000 millones de euros, siendo la media anual del periodo [2020-2025] de 10.300 millones de euros, consecuencia de la mayor actividad que implica el desarrollo del nuevo plan.
El 90% del volumen de inversión -68.000 millones de euros- será orgánico. Irá dirigido a consolidar su modelo de negocio, basado en más energías renovables, más redes, más almacenamiento y más soluciones inteligentes para sus clientes. El resto, 7.000 millones de euros corresponden a la adquisición recientemente anunciada de la compañía americana PNM Resources. Este ritmo de inversión sin precedentes representará una inversión media de 10.000 millones de euros al año, entre 2020 y 2022, y de 13.000 millones de euros anuales en el período de 2023 y 2025.
El plan de inversión histórico de Iberdrola para el período 2020-2025 irá destinado principalmente a renovables y a redes. Las renovables representarán más de la mitad (un 51%) de las inversiones orgánicas, unos 34.680 millones de euros. Y las redes coparán un 40%, unos 27.200 millones. El área de clientes recibirá un 9%.
Las inversiones están focalizadas en países con ambiciones climáticas y rating A. A España irán destinados cerca de 14.300 millones de euros de inversión. Un 21% del total del grupo y representan un incremento del 60% frente al plan anterior. En este mercado, más de 7.000 millones se dirigirán a renovables y, a redes, más de 4.500 millones de euros.
Estados Unidos y Reino Unido, por su parte, concentran 34.000 millones de euros de la inversión, un 50% del total. Crece la apuesta por otras áreas internacionales con inversiones por más de 11.000 millones de euros. Del total, el 83% de las inversiones van dirigidas a países con rating A, en línea con la estrategia de la compañía de apostar por este tipo de mercados.
Las inversiones en renovables permitirán a Iberdrola alcanzar los 60 gigavatios (GW) en 2025, después de llegar a los 44 GW de capacidad instalada en 2022. Esto supondrá duplicar su potencia actual, dando un gran impulso a la tecnología eólica marina, con 4 GW al final del periodo. Una tecnología que aporta 5 veces el EBITDA/MW frente a la energía solar fotovoltaica y 3 veces la energía eólica terrestre.
La apuesta de Iberdrola le permitirá crecer también en solar fotovoltaica, con una previsión de 16 GW instalados al final del período y reforzar su liderazgo en eólica terrestre e hidroeléctrica, con 26 GW y 14 GW instalados en 2025, respectivamente.
Para materializar el plan, Iberdrola parte de una posición única, con una de las carteras renovables más grandes de la industria. Un total de 70,5 GW distribuidos por sus áreas tradicionales -reforzadas este año y con nuevos mercados como Australia, Japón y Suecia- y principales tecnologías. 30,7 GW son fotovoltaicos; 20,2 GW, eólicos marinos y 16,3 GW, terrestres. En la actualidad, la compañía avanza en la construcción de 7 GW y tendría hasta 11 GW en ejecución en 2025.
Las redes siguen considerándose por el grupo como factor clave en la electrificación de la economía y dinamización de los territorios. Y, así, junto a las renovables, el modelo y estrategia de Iberdrola continuarán dando peso a los activos regulados. La compañía destinará un 40% de sus inversiones orgánicas a redes -más de 27.000 millones-, con las que situará la base de activos regulados del grupo en 47.000 millones de euros en 2025, 1,5 veces su valor actual. Esta cifra contempla inversiones en transmisión, que alcanzarán los 4.000 millones.
Iberdrola continuará digitalizando sus redes, como elemento clave para para promover las redes inteligentes y garantizar la masiva incorporación de renovables en un futuro próximo. Al final del periodo, Iberdrola habrá instalado más de 21 millones de contadores inteligentes y un 83% de sus activos estarán en países con Rating A.
La progresiva electrificación de los usos energéticos permitirá a Iberdrola aumentar su base de clientes. Al final de 2025, la compañía elevará a 60 millones los contratos con clientes en el mundo -vs los 42 millones a cierre de 2019-. A todos ofrecerá soluciones inteligentes e innovadoras en el ámbito residencial -almacenamiento de energía y bomba de calor, autoconsumo y movilidad eléctrica- e industrial.
El hidrógeno verde se convierte, precisamente, en un vector estratégico para el segmento industrial. En línea con los planes de recuperación europeos, la compañía prevé la instalación de 600 MW a 2025 -serán 800 MW a 2027, junto a Fertiberia- y producirá 15.000 toneladas de hidrógeno renovable. Los primeros proyectos en España -en 2021 ya estarán instalados los primeros MW-, se completarán con más iniciativas en otros países. Mientras, la eléctrica liderará el desarrollo de una cadena de valor para respaldar la implantación de nuevos fabricantes de electrolizadores y promoverá alianzas con otros grupos industriales.
La estrategia inversora de Iberdrola -junto a su política de eficiencia- le permitirá seguir registrando un crecimiento rentable durante el período mientras mantiene la solidez financiera y la retribución a sus accionistas. En un escenario de crecimiento de inversiones, la retribución al accionista aumentará en línea con los resultados.
En los últimos 20 años ha pasado de ser una utility local a convertirse en un líder energético global. No solo ha cuadruplicado su capacidad renovable sino que ha quintuplicado su EBITDA, cuadruplicado su beneficio neto y sextuplicado su capitalización bursátil. Todo al tiempo que ha reducido sus emisiones de CO2 en un 75%, ha cerrado sus plantas de carbón y triplicado la retribución a sus accionistas. Todo ello, acompañado de un profundo proceso de diversificación geográfica y fortalecimiento del balance.
De esta forma, Iberdrola afronta con una posición única la revolución energético global, centrada en países con ambiciosos objetivos climáticos y energéticos como el conjunto de Europa, Brasil, Estados Unidos, Australia y Japón. Así como sólidos compromisos de reducción de emisiones a medio y largo plazo, que conllevarán la puesta marcha de nueva capacidad renovable, soportada por unas redes más inteligentes y respaldada por sistemas de almacenamiento.
En este contexto, en el horizonte 2025, la compañía continuará reforzando los pilares en el ámbito medioambiental, social y de gobernanza (ESG). Con unas emisiones de CO2/kWh que son ya dos tercios inferiores a la media europea, la estrategia de inversión en energía limpia y redes llevará a Iberdrola a ser una compañía “neutra en carbono” en Europa en 2030 y a reducir sus emisiones de CO2 a nivel global un 86%, hasta los 50g/kWh al final de la década -serían de 70g/kWh a finales de 2025-. Como contribución adicional, la compañía plantará 20 millones de árboles hasta 2030 y serán 8 millones a 2025.
Junto con la reducción continuada de emisiones de carbono, su ambición se traslada a otros ámbitos. Por ejemplo a la inversión en I+D, que se elevará a 400 millones de euros anuales en 2025, frente a los 330 millones anuales de 2022 y los 280 millones de 2019.
Iberdrola mantendrá como eje su compromiso con la creación de empleo de calidad. Asimismo, reforzará su apuesta por la formación, con un aumento de las horas por empleado, que ya son 4 veces la media europea. Además, impulsará otros compromisos como la igualdad de género -eleva su objetivo al 30% de mujeres directivas frente al 20% actual- y una brecha salarial inferior al 2% en 2025.
Iberdrola seguirá implementando las mejores prácticas de gobierno corporativo, triplicará sus actuaciones en materia de ciberseguridad y logrará que al menos un 75% de sus proveedores en 2025 cuenten con políticas de sostenibilidad.
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