Foto: @thebeautyconcept Facebook
No suelo hablar públicamente del verdadero ‘lujo’ de la vida que son los amigos que te rodean. Pero haciendo gala a The Luxonomist y con la inauguración el pasado jueves en Madrid del Hotel Ritz Mandarin, deseo hacer una excepción. Los valientes en tiempos de pandemia que deciden seguir remando y emprendiendo también necesitan ser reconocidos por su mérito. Así es ella, mi Paz Torralba, CEO de The Beauty Concept, que desde el pasado jueves gestiona de forma exclusiva el spa y gimnasio del hotel.
Es la primera vez que la cadena Mandarin confía en alguien externo para llevar el wellness. Paz los ha convencido y, puede que a partir de The Beauty Concept comience otro camino en una de las cadenas hoteleras más lujosas del mundo. No es fácil irrumpir en un mercado que estaba cerrado; ser la primera y arriesgarse. Ella lo ha hecho, como lo hizo cuando decidió crear TBC en 2005.
Creía en la belleza personalizada, en aunar con armonía el interior con el exterior. Sólo se ha detenido ante los problemas para tomar impulso y mantener la sonrisa. Ella no copia, imprime su singular esencia a todos los trabajadores y a los clientes. Por eso ha llegado a convencer a la cadena Mandarin Oriental que cuenta con los fogones de Quique DaAcosta y KaiseKi para trasladar en la experiencia gastronómica el lujo, la exclusividad y el glamour.
El Ritz abre, pero de la mano de Mandarin Oriental y con un trabajo que considero: renovación con historia. Las paredes de este antiguo palacio están repletas de historias que llenarían centenares de páginas llenas de los fabulosos cotilleos escritos al estilo de la exquisita pluma de Capote. La esencia permanece, pero con el mejor maridaje de lo que fue con lo será. Y ahí irrumpe The Beauty Concept, estrenándose en la gestión del wellness en hoteles con Mandarin Oriental.
Puede que sea el principio de un camino que recorran juntos. Ellos son grandes en expansión, ella lo es en poner el corazón en todo lo que hace. TBC ha crecido y se ha posicionado en Madrid como uno de los centros de belleza de referencia. No es un publirreportaje, aunque lo parezca. Es un felicitar a Paz, por lograr lo que muy pocos sabemos: por formar ya parte de la historia de uno de los hoteles con más leyendas por metro cuadrado. Es una historia de esfuerzo, de recompensa y de demostración que creer es crear, aunque te hayan llamado tantas veces poco juiciosa.
En tiempos como los que estamos viviendo, limitadores no sólo de movimientos, sino incluso de sueños, es preciso mostrar personalidades que hacen de su sonrisa un talismán para evitar que el mundo que desean crear desaparezca. Meses cerrados, con más de cuarenta trabajadores, vértigo y responsabilidad y, después de más de un año de pandemia, una nueva apertura, una nueva expansión. Comprometidos con el lujo de la belleza natural. Este no es sólo un homenaje a mi amiga Paz Torralba, sino a todos los empresarios que en tiempos difíciles no sólo se mantienen a flote, sino que construyen nuevas barcas con las que navegar por las aguas revueltas.
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