Los defensores del Zero Waste comienzan a ser legión gracias a la App Too Good To Go. Se hacen llamar “Waste Warriors” y luchan contra el despilfarro que supone desechar toneladas de alimento a diario. La idea surgió en Dinamarca hace cuatro años tras observar sus fundadores cómo se tiraba toda la comida no consumida en un buffet libre. Ahora está presente en 14 países europeos y se lanza a conquistar las Américas. Todo con tal de luchar contra el desperdicio de alimentos.
Si tienes la edad suficiente, es posible que hayas oído a tu abuela decir aquello de “aquí no se tira nada”, mientras preparaba unas croquetas o una sopa de ajo con el pan del día anterior. Esta política, tan ahorradora como sensata, poco tiene que ver, sin embargo, con el espíritu de la sociedad de consumo que nos caracteriza. Es que a España llegó algo más tarde que a nuestros vecinos europeos, ya cerca de los años 80.
Esta forma de vida, más basada en la compra de impulso que en la necesidad, ha fomentado algunos problemas. Es el caso de la adquisición compulsiva de cosas que no necesitamos y que apenas nos satisfacen más que en el momento posterior a su compra. Además, ha originado fenómenos como el de la obsolescencia programada, por el que cada vez se acorta más la vida útil de los productos, obligando al consumidor a comprar otro similar.
Si bien es cierto que, a efectos económicos, es muy importante el hecho de consumir, lo ideal es apostar por un término medio, regido por el sentido común. Y este apunta hacia la responsabilidad con el medio ambiente y el reciclaje. Hacia la ética con los colectivos menos favorecidos y hacia una economía más circular y sostenible. Algo que ya es una práctica común, por ejemplo, en el lujo. Pero esto debería aplicar también al sector de la alimentación y a los negocios circundantes de hostelería, víctimas diarias de las mermas que supone tirar una comida que todavía podría tener una salida, en lugar de ir directa a la basura.
De acuerdo a los datos que aporta la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), sólo en Europa se desperdician más de 88 millones de toneladas de comida al año. Los tres países europeos que más comida tiran son, por este orden: Reino Unido (14,4 millones de toneladas), Alemania (10,3 millones de toneladas) y Países Bajos (9,4 millones de toneladas). A estos les siguen Francia, Polonia e Italia.
En nuestro país, según explica Madalena Rugeroni, Country Manager de Too Good To Go en España y Portugal las cosas tampoco se están haciendo bien. “Somos el séptimo país de la UE con más de 7,7 millones de toneladas de comida desperdiciada cada año. Unas cifras muy elevadas que nos dejan claro que aún tenemos mucho trabajo por hacer. Si queremos ayudar a cumplir con la meta de reducir el desperdicio de alimentos a la mitad para 2030, establecida dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, debemos actuar ya”. Conseguirlo supondrá un esfuerzo para todos: “Desde las empresas, llevando a cabo prácticas más responsables. Por parte de los ciudadanos, siendo más conscientes y actuando responsablemente. Y desde los gobiernos, estableciendo leyes y medidas eficaces que ayuden a reducir las cifras de desperdicio”.
“El desperdicio de alimentos nos afecta a todos, entre todos podemos ayudar a ponerle freno”, asegura Rugenoni. “Se calcula que cada año terminan en la basura más de 1.600 millones de toneladas de comida en todo el mundo. Un auténtico sinsentido que no podemos permitir y que tiene consecuencias sociales, económicas y medioambientales. Pues el desperdicio alimentario es hoy en día uno de los responsable de esta crisis climática. De hecho es causante de entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, así como del desaprovechamiento de recursos naturales”.
Y en este punto entra a funcionar Too Good To Go, señala su manager en España. “A través de nuestra app, estamos dando la oportunidad, tanto a comercios como usuarios, de ser parte activa del cambio. Hay una forma diferente de hacer las cosas, y de así todos salir ganando. Porque cada vez que se salva comida en la app, gana el establecimiento al no tirar comida y minimizar sus pérdidas y gana el usuario, porque consigue comida de calidad por menos dinero”. Pero quizá la ganancia más importante sea para el medio ambiente, tal y como ella misma señala. “Sobre todo gana el planeta, porque evitamos ocasionar el impacto que supone el desperdicio de alimentos y así ganamos todos como sociedad”.
Cada vez que salvamos un pack a través de la app estamos aprovechando y dando una segunda oportunidad a la comida. De esta forma conseguimos que no se desperdicien alimentos que están en buen estado y evitamos las consecuencias que eso tendría. Para hacernos una idea, Madalena Rugeroni nos lo aclara con algunos ejemplos: “Tirar una sola barra de pan equivale a emitir el mismo CO2 que un coche tras recorrer 1 km, o desperdiciar un plátano sería despilfarrar el mismo agua que si dejáramos un grifo abierto durante 13 minutos. Esto es una auténtica locura. Según nuestros cálculos, con cada pack salvado estamos ahorrando una media de 2,5kg de CO2eq*, que si lo multiplicamos por el 1,6 millones de packs salvados equivale a haber ahorrado ya más de 4,000 toneladas de CO2eq, lo que equivale al mismo CO2 que emitirían 787 vuelos alrededor del mundo”.
(*CO2eq es la medida que calcula el impacto de los gases de efecto invernadero o huella de carbono en el calentamiento global).
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