¿Te lavas correctamente el pelo? Sigue esta rutina y luce pelazo en verano
Lavarse correctamente el pelo es la clave para lucir un cabello sano, brillante y cuidado.
Un paso importantísimo para lucir pelazo es lavarse bien el cabello. El champú que elegimos, la forma de aplicarlo, la temperatura del agua…. Todo afecta al resultado final de nuestro pelo. Por ello, es necesario prestar atención a cada uno de los pasos que sigues cuando te metes en la ducha, de lo contrario, no conseguirás limpiar a fondo tu melena, y ésta lucirá apagada y sin forma. Pero como todo en la vida, esto tiene solución, y solo necesitarás seguir los consejos de la experta en dermofarmacia Rocío Escalante para presumir de cabello este verano.
Hay que lavarse el pelo siempre que sea necesario y con el champú adecuado
Tienes que lavarte el pelo las veces que haga falta. Es muy importante mantener el cuero cabelludo limpio, ya que es la base del pelo y a partir de éste crece fuerte y sano. Si no lo haces, puedes favorecer la caída del pelo y la perdida de densidad y volumen. Por ello, si tienes un cuero cabelludo graso, debes lavarlo todos los días o cada dos días, no lo retrases.
Del mismo modo, deberás escoger un champú que se adapte a tu tipo de pelo: seco, coloreado, decolorado, canoso, fino y sin volumen, ondulado, rizado. Tienes miles de opciones, pero, eso sí, a la hora de aplicarlo nunca frotes, siempre masajea suavemente la cabeza con los dedos, no utilices mucha cantidad, y si no te lavas el pelo a diario, aplica champú dos veces.
Aclara el cabello con agua tibia
Después del champú llega el momento del acondicionador o la mascarilla. Si te decantas por la segunda, lo ideal es aplicarla una vez a la semana y, al igual que el champú, escogerla en función de tu cabello. La mascarilla se aplica de medios a puntas y hay que dejarla actuar entre 3 a 5 minutos. Para aclarar el pelo, lo ideal que es utilices agua tibia, que no supere los 36 grados, y terminar el lavado con agua fría para sellar y cerrar las cutículas, y aumentar el brillo.
Una vez seguido este ritual de lavado solo queda secar el pelo. Nunca lo frotes con la toalla cuando está mojado, ya que es más sensible y puede romperse. Lo ideal es coger una toalla de microfibra y envolver el pelo hasta que se vaya la humedad. Y, por último, puedes usar el secador con una temperatura media y aplicar un protector térmico para proteger el cabello del calor.