Bentley es sinónimo de lujo. Sus motores y sus diseños se encuentran entre los más deseados del mundo, pero, además, la firma británica tiene una línea de fragancias, menos conocida, pero igual de exclusiva que los coches: Bentley Fragrances.
Desde que en 2013 la marca se lanzara al mundo del perfume sigue con su misma filosofía. La de ofrecer al cliente productos elegantes y refinados que siempre van envueltos en un frasco que toma como base el diseño de Bentley Motors. Por eso nunca faltan las alas de la marca.
Y así, tras una década de evolución, se embarca en un viaje hasta Panamá con Magnetic Amber, su última incorporación a Bentley Beyond The Collection. Un perfume unisex que destaca por su toque cálido y amaderado de ámbar. Una nueva parada en una colección que pretende viajar por los rincones más exóticos del mundo.
Magnetic Amber llega de la mano de la perfumista Karine Dubreuil-Sereni, que tiene claro que “lujo, refinamiento, elegancia y materias primas de la máxima calidad” son las bases sobre las que se asientan sus proyectos para Bentley.
Así, rindiendo tributo al preciado tesoro de Panamá, el ámbar blanco, ha creado una fragancia que mezcla bergamota, con romero aromático de Marruecos, hojas verdes alimonadas y un toque de cardamomo.
Además, según explica, una vez que la fragancia muestra su interior «se descubren dos joyas procedentes de América del sur». Se refiere a la sensual vainilla ahumada y el haba tonka con facetas de tabaco y almendra. Estas se mezclan con el ámbar blanco que da nombre a la fragancia.
Pero como todo en Bentley, el exterior también cuenta. Por eso el frasco y la caja de Bentley Beyond The Collection comparten con los coches de la marca una elaboración meticulosa. En este caso introduce un nuevo material, la madera, que adopta la forma de anillo en el tapón del frasco y en la placa de la caja beige.
Por su parte, el frasco de múltiples caras está inspirado en los faros con efecto de cristal tallado que caracterizan al Continental GT. Como anécdota y debido a su peso (400 g), cuenta con una amplia base de cristal que le da la estabilidad que necesita.
Todo ello llega con una corona de lujo, pues en la placa metálica plateada de la parte superior del frasco está grabado el legendario emblema de la «B» alada. El resultado es una fragancia exclusiva que tiene un precio de 180 euros para el frasco de 100 mililitros.
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