Uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de realizar un aumento de pecho es elegir el tamaño del implante o la talla de la prótesis que deseamos. Cada mujer es distinta, no hay dos casos iguales, la estatura, el peso, el tamaño del tórax… influyen en la decisión.
Muchas mujeres acuden a la consulta con ideas preconcebidas y/o con imágenes del pecho de amigas o famosas que desean replicar. A todas ellas les digo lo mismo: es imposible elegir previamente el volumen o incluso la forma del implante mamario sin analizar cada caso de manera pormenorizada.
Lo que queda bien en un cuerpo, en una anotomía determinada, no tiene porqué lucir bien en otra, y viceversa. Además, ni el cirujano, ni la propia paciente, ni nadie sabe previamente cuál será el implante que cuadrará a la perfección. Es imposible conocer el volumen exacto de la prótesis que deberá colocarse antes de una intervención de mamoplastia aumentativa.
El tamaño de los implantes no es algo que pueda elegirse a la carta, si se realiza de esta manera pueden darse resultados antiestéticos y completamente ridículos, tanto por muy grandes o muy pequeños. Esta afirmación, que puede extrañar cuando la leemos por primera vez, tiene una explicación médica lógica y muy sencilla.
Durante mis más de 40 años de experiencia he trabajado con varios laboratorios especializados, con técnicas de vanguardia, con los mejores especialistas… incluso con una empresa que desarrollaba programas informáticos sofisticados que ayudaban al médico a elegir la prótesis a utilizar. Pero no, no funcionó.
Esto se debe sencillamente a que el espacio que una mujer tiene para alojar una prótesis es único e imposible de conocer con precisión antes de la intervención. Como única es la talla de zapatos, de pantalón, de chaqueta…
El volumen exacto y adecuado a cada paciente solo lo podemos saber en quirófano, cuando vernos y exploramos esa cavidad natural. Para conseguir el aumento de pecho ideal contamos en nuestra clínica con unas prótesis modelo de diversas formas y tamaños a las que llamamos probadores.
Estas prótesis son exactamente iguales a las prótesis mamarias que se emplearán para el aumento de pecho, pero re-esterilizables. Por lo tanto, es en el propio quirófano cuando, como hacemos con los zapatos, probamos hasta encontrar la talla exacta de cada paciente. Una vez conocida, cogemos la prótesis idéntica, la desprecintamos y la implantamos,
Como podemos ver, la prótesis debe ser adaptada a la paciente y no la paciente a la prótesis. Al hueco glandular mamario que tiene cada mujer solo le “calzará” una prótesis entre todas. Con este procedimiento la tasa de acierto es del 100%.
La clave en un aumento de pecho está en saber elegir correctamente el tamaño del implante y la posición del mismo. Si cumplimos con estas normas básicas el pecho de la paciente tendrá una forma natural, con unas proporciones que respetarán las características de su cuerpo.
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