Los minerales de la belleza

Siempre pensamos en las vitaminas y en dónde podemos conseguirlas pero, sin embargo, nos olvidamos de que el 95% de las actividades del cuerpo utilizan minerales. Nuestra bioquímica, salud y belleza dependen de ellos. De hecho, los minerales, de una manera asimilable, son absolutamente necesarios para rejuvenecer y retrasar el envejecimiento prematuro. No olvides que para aumentar tu belleza, mejorar el brillo de tu cabello y tener una complexión más fuerte se necesita una dieta adecuada y la saturación de los tejidos con los minerales de la belleza (silicio, azufre y zinc).

SILICIO.- Está presente en los huesos, cartílagos, tejido conectivo, pelo, músculos, uñas y piel. El tejido conectivo se forma por el colágeno y la elastina (lo que nos mantiene unidos) que contienen cantidades grandes de silicio. La mayor concentración se encuentra en el cabello, uñas y piel. El silicio incrementa el grosor de la piel, mejora su apariencia y previene las arrugas. Alimentos ricos en silicio: Alfalfa, rábano, nopal, piel del pepino, piel de los pimientos, piel del tomate y avena.

AZUFRE.- El azufre es el mineral base de la belleza. Juega un papel esencial en el tejido conectivo, pelo, uñas, páncreas y piel. Su ingesta adecuada proporciona un cabello mineralizado y una piel brillante. El colágeno contiene grandes cantidades de azufre, retiene líquido y proporciona elasticidad y flexibilidad a los tejidos. Tiene capacidad de construir el colágeno y la queratina. Alimentos con azufre: Arúgula, algas, polen de abeja, brócoli, crucíferos, ajo, semilla de cáñamo, kale, maca, cebollas, semillas de calabaza, rábanos, espirulina y berros.

ZINC.- Se necesita para la belleza de la piel y el crecimiento, apoya al sistema inmunológico, ayuda al sistema linfático y al hígado a eliminar desechos. En combinación con la Vitamina A da lugar a un cabello fuerte. Sin este mineral, la enzima que digiere el colágeno dañado y lo vuelve a construir, no funciona. Ayuda a cicatrizar y repara el ADN. Previene las arrugas y demás signos del envejecimiento. Mejores fuentes vegetales de zinc (crudas): Semillas de amapola, semillas de calabaza, sésamo y girasol, coco, anacardo, piñón, macadamia, espinacas (depende de la mineralización de la tierra), espirulina, algas.