Hay una tradición milenaria japonesa para acabar bien el año y empezar mejor el nuevo: Oosouji. Esta técnica cuenta que para que haya armonía, paz y belleza en la vida hay que aprender a soltar, hay que desapegarse de lo que nos sobra, de lo que ya no aporta algo positivo, de lo inútil, de lo obsoleto, tirar lo que ya no se necesite, hacer una limpieza profunda del hogar, del cuerpo y del espíritu.
Porque si se guarda lo que no se necesita ocupa un sitio y estanca la energía para dejar espacio a lo nuevo. Y con lo que se guarda, con lo que queda, hay que moverlo y limpiarlo en profundidad para renovar su energía.
Este Oosouji también se aplica al organismo y, como no podía ser menos, también a las rutinas de belleza. Estos cuidados siempre van de la mano de los ritmos biológicos de la naturaleza, siempre adaptándose a las necesidades de cada estación del año, porque la piel no está igual ni necesita lo mismo en verano que en invierno.
Al igual que el resto del organismo, en verano la tierra nos da el alimento necesario para paliar el calor e hidratarnos, mientras que en invierno nos da un alimento más calórico para afrontar el frío. Ahora los árboles se despojan de sus hojas secas. Se despojan de lo que ya no les sirve. La energía se ralentiza para coger fuerza para la explosión primaveral. Hay que parar para poder volver a reiniciar
Las japonesas siempre sorprenden por la sencillez en sus rutinas, pero a la vez por su profundidad en simbolismos, nada se hace porque sí. Todo tiene un cuándo, un por qué y un para qué. Todo en un orden, una sinergia y un equilibrio perfecto.
Para lograr y mantener la piel de porcelana que las caracteriza, hacen un ritual de reseteo, limpieza profunda, desintoxicación, y oxigenación. En invierno llega el momento de quitar la piel vieja y seca para que pueda dar paso a una piel nueva.
Y es que si está llena de impurezas no hay sitio para llenarla de activos cosméticos limpios y puros. Y para entrar con buena cara en el 2023, hacen este Oosouji facial.
Para resetear la piel es necesario exfoliar, limpiar en profundidad y pulir la superficie para quitar la capa seca, vieja y sucia con extracto de Ámbar. Para lograr una piel de alta definición bastan con 20 minutos que funcionan como magia.
La experta en belleza Irantzu Santamaría, creadora de la firma Arima, nos ha elaborado un ritual completo para hacer esta fórmula japonesa antes de fin de año.
Aplicar una mascarilla Detox Ambar & Apple nos aportará múltiples beneficios:
“El segundo paso es aportar a la piel el alimento hidratante y nutritivo, lo más orgánico posible, para que luzca radiante y jugosa. Porque como dicen los japoneses: ‘No pongas nada en tu piel que no se pueda comer”, cuenta Irantzu.
“Como complemento y gran ayuda a este reseteo y renovación, hay una terapia natural muy famosa en Europa: la Terapia Floral y las Flores de Bach. Estas nos van a ayudar a adaptarnos más fácil y mejor al año que va a entrar. La flor del Nogal (Walnut), la flor del Manzano (Crab apple) y la Madreselva (Honeysuckle), al igual que el Oosouji, ayudan a desprenderse del pasado, olvidar la nostalgia y hacer una limpieza emocional para mirar hacia el futuro”.
Las Flores de Bach se pueden comprar en farmacias y herbolarios, pero para que sean efectivas lo ideal es asegurarse que la fórmula la hace un profesional acreditado, sino no hay garantía de éxito.
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