Las celebraciones por El Jubileo de Platino de Isabel II llegaban a su fin este domingo. Han sido cuatro días repletos de eventos públicos en los que se ha honrado el trabajo y dedicación de la Reina durante los últimos setenta años. Sus problemas de movilidad, agravados desde el pasado otoño y tras contraer el Covid-19 a principios de este año, han impedido a sus súbditos verla más tiempo en público. Apenas tres intervenciones en cuatro días. Las dos primeras el jueves, durante la parada militar Trooping the Colour y la última tras el desfile con el que se recordaba el día de su coronación.
No estaba prevista su presencia en el balcón del Palacio de Buckingham junto al resto de su familia, pero al final Isabel II apareció para agradecer las muestras de cariño popular durante estos cuatro días.
Minutos antes, la Gold State Coach, la carroza de oro que la trasladó por las calles de Londres el día de su coronación, presidía un desfile cargado de simbología británica. En el interior de la misma, un holograma evocaba escenas el saludo de Isabel II aquel 2 de junio de 1953. Y tras ella, decenas de vehículos y cientos de personajes evocando la historia de Reino Unido durante el reinado.
En el palco de honor hemos visto a la princesa Ana con su marido; y a las hijas del príncipe Andrés, el gran ausente de esta celebración debido a su escándalo sexual y a un eventual contagio por coronavirus. La princesa Beatriz acudía con Edoardo Mapelli Mozzi, mientras que su hermana, la princesa Eugenia, lo hacía con su marido, Jack Brooksbank, y el hijo de ambos, August Philip.
Pero la atención sin duda se centró en el núcleo duro de la familia real, los que van a ser herederos del legado de Isabel II. Hablamos del príncipe Carlos y Camilla Parker-Bowles; así como los Duques de Cambridge con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis. Al igual que el pasado viernes, el hijo más pequeño del príncipe William y Kate Middleton ha vuelto a ser el protagonista con su espontaneidad.
Aunque durante el saludo en el Palacio de Buckingham estuvo algo más comedido, el pequeño Louis generó con su inquietud, muecas y gestos las risas y atenciones de toda su familia durante el desfile.
Ni rastro, eso sí, desde el viernes en público del príncipe Harry, Meghan Markle y sus hijos, Archie y Lilibet Diana. La pareja se dejó ver tímidamente tras las ventanas mientras veían el desfile Trooping the Colour el jueves. Y tras acudir el viernes al servicio de acción de gracias en la Catedral de San Pablo, no han vuelto a aparecer.
Al parecer celebraron casi en la intimidad el cumpleaños de su hija el sábado en Frogmore Cottage, junto al Castillo de Windsor, y horas después regresaban en vuelo privado a California, donde residen desde el verano de 2020.
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