Kate Middleton vuelve a celebrar feliz el Día de San Patricio
La Duquesa de Cambridge retoma la tradición de presidir la tradicional visita a la Guardia Irlandesa con motivo del Día de San Patricio.
La Duquesa de Cambridge ha lucido sus mejores galas en una de las celebraciones más queridas de Reino Unido. Junto a su esposo, el príncipe William, ha presidido la tradicional visita a la Guardia Irlandesa con motivo del Día de San Patricio. En su primer desfile tras la pandemia de Covid-19, Kate Middleton ha sido además fiel a su estilo y a esos guiños que suele hacer en sus looks. Así que no ha dejado pasar la oportunidad y en esta cita oficial ha lucido un elegante vestido en tono verde, un color que siempre de relaciona con esta festividad.
Se trata de un vestido-abrigo firmado por Laura Green London, que cuesta unas 3.200 libras, y que es muy del estilo de la Duquesa de Cambridge. Con el cuello muy amplio y la cintura ceñida, posee en su corte y formas un estilo militar acorde con el evento al que acudía la esposa del príncipe William. Como los botones forrados en cuero. Es la misma firma del abrigo con el que hemos visto esta semana a Zara Tindall acudir al festival hípico de Cheltenham.
Tras la pandemia, Kate Middleton vuelve a presidir junto a William este desfile
Kate Middleton combinó el vestido-abrigo con accesorios esmeralda y un broche de trébol dorado que pertenece a la colección de la familia real británica. Los salones verde oscuros son de Emmy London y tampoco han faltado unos pendientes de esmeraldas y diamantes similares a los que pertenecieron a la princesa Diana. El tocado a juego con el abrigo es de la firma Lock & Co.
Muy animada durante todo el desfile, Kate Middleton se tomó un momento para jugar con la mascota del batallón. Un perro muy especial llamado Turlough Mor (En honor al rey Turlough Mor de Connaught) que llegó al regimiento en 2020. Se trata de un Lebrel irlandés o también llamado cazador de lobos irlandés. Una raza canina con una estatura media bastante más alta de lo normal.
Pueden alcanzar los 86 centímetros de altura y eran utilizados por los celtas para cazar animales de mayor tamaño, como ciervos. La raza en cuestión estuvo a punto de desaparecer, hasta que el un capitán del ejército, a finales del siglo XIX, rescató un par de ejemplares. Los cruzó con dogos y lebreles escoceses y así consiguió mantener las características de los pocos ejemplares que quedaban.