La Escuela Lambrook lleva impartiendo enseñanza desde que fuera fundada en 1860 por Robert Burnside. En su primer año ocuparon sus modestas aulas dos nietos de la reina Victoria, los príncipes Alberto y Christian, hijos de la tercera hija de la reina, la princesa Helena. Aquello favoreció su prestigio durante varias décadas, que sin embargo no fueron fáciles en lo económico. Algo que arrastró durante el siglo XX y que a punto estuvo de hacerla desaparecer.
En 1997, cuando el colegio tenía 69 alumnos, las autoridades locales impulsaron su fusión con la Haileybury Junior School de Windsor. La nueva escuela pasó a tener 200 alumnos de ambos sexos, tanto internos como externos. Y es que hasta cuatro años antes, Lambrook sólo admitía niños.
Una década después, con una gestión más acertada e impartiendo estudios a casi medio millar de alumnos, Lambrook recuperaba su autonomía. Su actual director, Jonathan Perry, mantiene ese legado dentro de un recinto que gestiona a 620 alumnos y que se se ha ganado el prestigio entre las clases altas de la región.
La escuela está a quince minutos en coche del Castillo de Windsor y a unos 30 kilómetros por carretera del centro de Londres. Ofrece servicios diarios de transporte escolar desde la capital y desde otras localidades cercanas.
En sus 210.000 metros cuadrados de superficie ofrece enseñanzas a niñas y niños de entre tres y trece años. Uno de sus principios es dejar que los pequeños exploren con total libertad y botas de agua las extensas praderas que rodean las clases.
Junto al clásico listado de materias, los pequeños pueden optar por otras actividades como natación, buceo y un extenso listado de deportes de equipo. También se imparten clases de teatro, danza e incluso apicultura y alfarería. La escuela tiene un huerto y una pequeña granja.
Los padres de los alumnos de primer año pagan unas 4.400 libras por trimestre. La tarifas van subiendo en función del curso y de las actividades a las que se apunten los niños. Por ejemplo, el formato de internado cuesta al trimestre unas 1.500 libras más y los alumnos también pueden quedarse noches sueltas a dormir.
Se estima que el príncipe William y Kate Middleton gastarán algo más de 50.000 libras al año para la educación de sus tres hijos George, Charlotte y Louis.
Los alumnos de la escuela, que se define como cristiana, deben llevar uniforme. Faldas escocesas de tartán y blusa con cuadros azules y verdes para las niñas. Pantalones de pana azul marino para los niños y camisas a cuadros. También suéteres azul marino y corbatas azules y verdes.
En las diferentes etapas escolares se incluyen viajes al extranjero. Excursiones a Francia, Italia, Islandia o Sudáfrica. Para participar en ellas, a los más mayores se les exige participar en la recaudación de dinero para actividades benéficas. Los alumnos también ayudan en la plantación de unos 400 árboles al año en distintas zonas de la región.
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