Meghan Markle afronta una depresión tras perder a su segundo hijo

La duquesa de Sussex escribe un artículo de opinión en 'The New York Times' en el que confirma que sufrió un aborto el pasado julio y relata la dura experiencia que está atravesando junto al príncipe Harry.

Iván Perlado. 25/11/2020
(Foto: Gtres)

Meghan Markle perdió el pasado mes de julio al que hubiera sido su segundo hijo con el príncipe Harry. Ella misma lo asegura en un relato que publica hoy The New York Times en el que Meghan Markle confirma el aborto y los duros momentos que está atravesando la pareja. Un relato en el que deja entrever los «motivos confidenciales» que esgrimieron sus abogados hace unas semanas cuando reclamaron el aplazamiento del juicio contra la editora del Mail on Sunday. Motivos que, como ya adelantamos desde estas páginas, probablemente tuvieran que ver con la salud de la duquesa.

La actriz relata que todo sucedió en su casa de Los Ángeles mientras estaba junto a su hijo Archie: «Después de cambiarle el pañal, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una canción de cuna para mantenernos a los dos tranquilos. La alegre melodía contrastaba con mi sensación de que algo no estaba bien». 

Meghan Markle
Markle admite lo duro que está siendo afrontar la pérdida del que hubiera sido segundo hijo de la pareja (Foto: Gtres)

Meghan Markle quiere ayudar a las mujeres que han sufrido un aborto

En el artículo titulado ‘Las pérdidas que compartimos’, Meghan Markle sigue hablando sobre su aborto diciendo: «Sabía, mientras abrazaba a mi primogénito, que estaba perdiendo al segundo». No ha trascendido de cuántas semanas estaba embarazada la actriz cuando sufrió este aborto espontáneo aunque la mayoría de estos sucesos ocurren durante los primeros tres meses de gestación. «Horas más tarde, yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Mirando las frías paredes blancas, mis ojos se pusieron vidriosos. Traté de imaginarme cómo nos curaríamos», relata Markle.

La actriz afirma que ha escrito el artículo para animar a todas aquellas personas que están en su misma situación o que han atravesado duros momentos este año. Y anima a que en el Día de Acción de Gracias seamos más solidarios que nunca. «Este año ha llevado a muchos de nosotros a nuestros puntos de ruptura. En este Día de Acción de Gracias, comprometámonos a preguntarles a los demás si están bien. Perder un hijo significa llevar un dolor casi insoportable, experimentado por muchos, pero del que pocos hablan. Con el dolor de nuestra pérdida, mi esposo y yo descubrimos que en una habitación de 100 mujeres, de 10 a 20 habrían sufrido un aborto espontáneo. Sin embargo, a pesar de la asombrosa similitud de este dolor, la conversación sigue siendo tabú, plagada de vergüenza (injustificada) y perpetuando un ciclo de duelo solitario». 

Meghan Markle
Los duques de Sussex durante su reciente visita al cementerio de Los Ángeles en el Día del Recuerdo (Foto: Gtres)

Harry y Meghan han sentido el aislamiento y la soledad en los momentos más duros

En su argumento, Meghan Markle recuerda un suceso que es una muestra de los motivos por los que ella y el príncipe abandonaron sus quehaceres monárquicos. Sucedió en septiembre de 2009 durante un viaje oficial en Sudáfrica, cuando estaba agotada. «Estaba dando el pecho a nuestro hijo pequeño y estaba tratando de mantener una cara valiente ante los ojos del público. ‘¿Estas bien?’ Me preguntó un periodista. Le respondí con sinceridad. Mi respuesta improvisada pareció dar permiso a la gente para decir su verdad. Pero no fue responder honestamente lo que más me ayudó, fue la pregunta en sí. ‘Gracias por preguntar, dije. No mucha gente me ha preguntado si estoy bien’ «. 

Un aislamiento que ella misma confirma en el artículo uniéndolo con los efectos globales que ha tenido la pandemia: «La polarización, junto con el aislamiento social necesario para luchar contra ella, nos ha dejado más solos que nunca», escribe Markle. Antes de concluir agrega que «nos estamos adaptando a una nueva normalidad en la que las caras están ocultas por máscaras, pero nos obliga a mirarnos a los ojos. A veces llenos de calor, otras veces de lágrimas. Por primera vez, en mucho tiempo, como seres humanos, realmente nos estamos viendo». El artículo termina con una pregunta y un deseo: «¿Estamos bien? Estaremos».

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