Al igual que le ha sucedido a muchos famosos, políticos incluidos, el príncipe Harry ha picado tiernamente el anzuelo. Con una ingenuidad impropia de su rango, el duque de Sussex ahora en retirada aceptó mantener hace semanas un diálogo telefónico con Greta Thunberg, que se puso en contacto con él supuestamente para dialogar de humos, plásticos y demás elementos reciclables. El tema es que la tal Greta, no era Thunberg. Pero Harry, sí era Harry.
Todo fue una broma ideada por Vladimir ‘Vovan’ Kuznetsov y Alexei ‘Lexus’ Stolyarov, dos humoristas rusos que suplantaron las identidades de Greta y su padre Svante. Harry habló con ellos por teléfono durante su estancia en Vancouver, en la víspera de Año Nuevo y a mediados de enero, y compartió sin tapujos pensamientos, ideas y realidades de su actual situación.
El engaño, desvelado por The Sun y que ya vuela por las redes sociales, es muy probable que complique aún más la salida de la pareja. En las conversaciones, Harry admite que se sentía «completamente separado de la familia real» y que decidió retirarse de sus funciones para «proteger a mi hijo». Cuando los humoristas preguntan por Meghan, Harry dice que «casarse con un príncipe o una princesa no es todo lo que se supone que es. Hay muchas capas y muchas piezas en el rompecabezas. A veces, la decisión correcta no siempre es fácil, pero fue la decisión correcta para nuestra familia». Aunque no sea una novedad, Harry asegura que su actual situación es «mucho mejor» que la vida dentro de la realeza.
La distancia entre Harry y Meghan con respecto a la familia que les acompañó el día de su boda parece un abismo. Y Harry la escenifica con un nombre, el de su tío Andrew: «Está completamente separado de mí y de mi esposa». Solo Isabel II, como se ha podido ver esta última semana, parece entender a su nieto. Tanto él como Meghan estuvieron en un segundo plano en la Abadía de Westminster y la frialdad en los gestos hacia ellos fue la tónica general.
Los humoristas consiguieron además que el duque de Sussex hablara sin reparos de política climática y mandatarios. Para Harry, Donald Trump tiene las manos manchadas de sangre por sus medidas climáticas: «El mero hecho de que Donald Trump esté impulsando la industria del carbón es tan grande en Estados Unidos que tiene sangre en sus manos».
Sobre Boris Johnson, al que saludó en Westminster, afirma que está acomodado y sabe muy bien como sobrevivir en el sistema. A la falsa Greta le propone hablar con él porque podría conseguir que cambie algunas de sus políticas climáticas: «Él es un buen hombre, así que eres una de las pocas personas que puede alcanzar su alma y hacer que se siente y crea en ti». Harry se defendió además de aquellos que les acusan de usar aviones privados y vuelos de aquí para allá: «Ni de cerca volamos tanto como la mayoría de las personas que lo hacen por una noche o fines de semana».
*Foto principal: Gtres
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