La Casa Real británica ha comenzado el año con mal piel. Varios de sus miembros principales se encuentran hospitalizados hasta nueva orden, lo que cambia sustancialmente la jerarquía de quién tomará las decisiones importantes mientras ellos no estén operativos.
En primer lugar, la semana pasada saltó la noticia de que la princesa de Gales había sido intervenida de urgencia por una dolencia abdominal que la tendrá apartada de sus labores públicas una buena temporada. De momento tendrá que pasar 14 días en el hospital tras los cuales estará de baja unos tres meses, hasta aproximadamente después de Semana Santa.
Por supuesto, la noticia preocupó mucho a sus súbditos, entre los que se rumoreó que la princesa podría tener un tumor. Algo que sin embargo desmintió el palacio de Kensington.
De quien también se habla en términos de cáncer es de su suegro, el rey Carlos III. El monarca será operado en los próximos días por un problema en la próstata del que poco o nada más se ha dado a entender.
En ambos casos, las informaciones se dan con cuenta gotas para no preocupar a la población. Pero lo cierto es que las últimas imágenes del príncipe William acudiendo con rostro preocupado al hospital donde está ingresada Kate Middleton hablan de una situación complicada.
De hecho, la situación se torna difícil también a nivel de funcionamiento de la Casa Real. Porque con el príncipe William priorizando su vida personal y el monarca fuera de juego por su operación… ¿quién tomará las decisiones importantes?
La respuesta nos la da Concha Calleja, periodista especializada en Casa Real y experta en la monarquía británica. “La sucesión en Reino Unido indica que en el caso de que el rey, Carlos III, estuviera incapacitado durante un tiempo, sería su hijo William, como heredero, quien ejercería el papel de monarca en funciones. Puesto que William, como heredero y natural sucesor, en estos momentos estaría de baja para poder cuidar a su esposa, la próxima en ejercer las funciones máximas sería Camilla, la reina consorte».
En el hipotético caso de que Camilla no pudiera (por la razón que fuera) responder a sus obligaciones, los sucesores serían los hijos de William (todavía menores de edad) y su tío Harry, fuera de la institución por querencia propia. Así que la responsabilidad recaería en el príncipe Andrés, denostado por su propia madre debido a su vínculo con el escándalo Epstein, a quien sucedería su hija Beatriz.
No obstante, mucho tiene que cambiar el panorama para llegar a este punto. En principio la incapacitación del rey Carlos III será temporal, así como la baja de William, quien sí sucedería inmediatamente a su padre en el caso de fallecer.
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