Sin capas ni lingotes, así será la coronación «moderna» de Carlos III
El monarca ha encargado el diseño de una coronación más sobria y en la que habrá los mismos invitados o menos que en el funeral de Isabel II.
La última coronación que hubo en Reino Unido sucedió el 2 de junio de 1953. Como todos sabemos fue la de Isabel II, a quien ahora sucede en el trono su primogénito, Carlos III. Éste habría mostrado su preferencia para realizar una ceremonia de coronación más «sencilla» de lo habitual. Su intención sería realizar un acto con menos invitados y mucho más breve que la de su madre.
Carlos III diseña una coronación más sobria
Así, la coronación de Carlos III tendría unos 2.000 invitados, frente a los 8.000 que hasta ahora acudían a este histórico evento. Aunque la fecha de su celebración está en el aire, se baraja alguna cercana al próximo verano, casi 70 años después de la coronación de Isabel II.
La Abadía de Westminster volvería a ser el recinto escogido para la ceremonia que también sufriría sensibles recortes en su duración. Se estima que podría ser la mitad de las tres horas que duró la de la difunta reina. Funcionarios del Palacio de Buckingham así como miembros del Gobierno de Liz Truss estarían diseñando el evento bajo el nombre de Operación Golden Orb.
Sin capa, sin lingotes pero con carruaje
Se eliminarían algunos procesos, como la entrega al monarca de lingotes de oro como símbolo de opulencia y riqueza. Un gesto que en los tiempos que corren no estaría bien visto, así como los ceremoniales de aprobación pública por parte de miembros de la realeza. Carlos III quiere diseñar una coronación más moderna y sin tanta pompa, pero que tampoco desentone con el simbolismo que posee este ceremonial ni defraude a los tradicionalistas.
Un equilibrio complejo que también afectaría a la vestimenta del Rey, que no desearía túnicas ni capas en su coronación. Estaría más dispuesto a llevar un traje elegante y acorde a la efeméride, lo que marcaría el código de vestimenta exigido al resto de los invitados.
Lo que sí parece seguro que se mantenga en el cortejo es el Carruaje de Estado de Oro que ha sido utilizado por todos los monarcas británicos desde Jorge IV. Un carruaje que encargó en 1760 el rey Jorge III y que se terminó dos años después. Se estima que a precios actuales costó unos dos millones de libras. Actualmente se encuentra expuesto al público en las caballerizas reales.