En su gira por las autonomías españolas, Canarias ha sido el primer destino que han escogido los reyes Felipe y Letizia para tomar el pulso sobre cómo han vivido los españoles esta crisis sanitaria. Una estrategia muy estudiada y acertada por parte de la Casa Real. Quizá también para desviar la atención que han traído a los titulares de la prensa nacional e internacional las ultimas polémicas sobre el emérito, Juan Carlos I.
La pareja real cumplió el objetivo y su presencia fue muy bien acogida por los canarios. Mientras la reina Letizia escogía un vestido de verano de Zara, que cuesta menos de treinta euros, para su visita a Gran Canaria, el monarca quiso mostrarse un poco más cómodo. Ante las altas temperaturas decidió ir sin americana y remangarse la camisa. Si no fuera por la cantidad de escoltas, fotógrafos y público que rodeaba a la pareja, podrían haber pasado casi inadvertidos.
Durante su paseo por la playa de Las Canteras tanto Doña Letizia como el Rey quisieron mostrarse más cercanos. Incluso mantuvieron una conversación distendida con algunos turistas, que se mostraban si pudor y en bañador delante de sus Majestades. Incluso pudimos ver al rey Felipe VI haciendo el saludo con el codo a un viandante. Los Reyes disfrutaron de un baño de multitudes y quisieron ser lo más naturales posible. Pero hubo un detalle que llamó la atención a los allí congregados.
En un momento del recorrido, Felipe y Letizia se detuvieron en un pequeño bar cercano al paseo marítimo. Se trata del establecimiento “Don jamón” donde disfrutaron de una tapita de jamón serrano que la dueña del local les ofreció. Don Felipe accedió y la probó, mientras Doña Letizia, que se sabe que lleva una dieta muy estricta, no quiso degustar el manjar.
Fue entonces cuando, gracias a un vídeo no oficial que compartió en redes uno de los empleados del bar, vimos a la Reina pidiéndole a su marido que apoyara los brazos en la barra, tal y como ella lo hacía. Pero, ¿qué esconde esta petición? ¿Dar una imagen de cercanía o simplemente muestra, una vez más, la faceta de marimandona que siempre se le ha achacado a la consorte? Y es que Letizia, que conoce muy bien los códigos de comunicación no verbal, parece siempre estar pendiente de estos detalles.
La imagen generó cientos de comentarios resaltando sobre todo la actitud “campechana” de Felipe VI, quien se preocupaba por la recuperación económica de la zona. “¿Qué tal todo? ¿Se anima un poquito la cosa?”, comentó el monarca.
Horas después de esta visita, por la tarde, los Reyes se trasladaban a Tenerife y llegaban a la finca El Confital en Granadilla de Abona. Allí recorrieron una plantación de frutos y plátanos en la que se interesaron por la producción del tomate.
En este recorrido en el que a pesar de estar al aire libre no prescindieron de sus mascarillas, estuvieron acompañados del presidente de Canarias, Ángel Torres y otras autoridades.
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