Blanca Suárez: “Me he iniciado en el thriller con la cabeza gacha, intentando probarme a mí misma”

Se confiesa devoradora de la temática thriller, uno de los motivos más definitorios para embarcarse en la aventura de La huella del mal, adaptación cinematográfica del libro del mismo título de Manuel Ríos San Martín, director también de la película. Blanca Suárez se ha convertido, por vez primera en su ya dilatada carrera, en inspectora de policía. Su Silvia Guzmán “parece tranquila, pero con un tsunami detrás que tiene que resolver”, porque cuando tenemos asuntos en nuestra vida sin cerrar, “es fácil que la vida te los vuelva a poner delante. Y eso es lo que ocurre en la película”…

The Luxonomist: Nueva película y nueva promoción. Acostumbrada a cultivar el misterio y aparecer solo cuando tienes algo que contar… ¿supone un agobio o se asume con naturalidad?
Blanca Suárez: Agobio no, eso nunca. Cuando haces una película, en lo primero que piensas no es en la promoción, pero por supuesto cuentas con ella porque forma parte del trabajo. Va en el sueldo, como se suele decir.

TL: Hay proyectos que se ruedan y se estrenan muchos meses después. No es el caso de La huella del mal. ¿Te ha costado menos recuperar a Silvia, tu personaje en ella?
Blanca Suárez: Siempre que empiezas una promoción es raro volver a lo que has hecho tiempo atrás. En este caso, como dices, es muy reciente porque la rodamos en verano y ya estamos a punto de estrenarla. Cuanto más reciente, más fácil es recuperar esos recuerdos. Yo, muchas veces, vuelvo a releer el guión, leo mis notas, veo fotos del rodaje. Intento teletransportarme, de alguna manera, a esos momentos.

“No he tenido que abrirme paso por el hecho de ser mujer”

TL: ¿Tienes la sensación de que este personaje te ha hecho salir de tu zona de confort?
Blanca Suárez: Sí, sí… completamente. La temática, el momento vital en el que está Silvia. A medida que un actor va creciendo, se va enfrentando a nuevos retos y temáticas de los personajes. Y eso tiene relación directa también con la edad. A mí me encanta el género del thriller, soy una devoradora de libros de esa temática y una de las razones por las que dije que sí a La huella del mal. Al margen de que el guión no solo se reduce a la trama policial, sino que también bucea en la vida de sus protagonistas y de lo que pasa con ellos.

TL: ¿Ha llegado este proyecto en tu mejor momento de madurez?
Blanca Suárez: No lo sé, fíjate. No sé realmente lo que es la madurez. Intentamos gestionar la vida y las cosas que nos pasan con el mayor grado se sensatez posible. A medida que vas creciendo, te vas enfrentando a nuevas problemáticas y retos en diferentes circunstancias. Lo que sí creo es que me ha llegado en un momento de tranquilidad, en el que me enfrento a los personajes y a los rodajes desde un lugar ¿más maduro?… puede ser, sí.

TL: ¿A qué lugar has tenido que irte para meterte en la piel de Silvia?
Blanca Suárez: Intento no irme a lugares míos, personales, con nombres y apellidos. Aunque en momentos concretos del rodaje lo requieras para activar emociones o conectar con cosas concretas. Pero con todos los mimbres que Manuel, el director, me fue dando, fue suficiente para construir a Silvia y sus circunstancias concretas. Cuando comienza la película, parece un momento aparentemente tranquilo para ella. Pero de repente le viene un tsunami por detrás que tiene que resolver.

“Cuando hay asuntos sin cerrar, es fácil que la vida te los vuelva a poner delante”

TL: Una mujer en un mundo de hombres, un poco como la realidad. ¿Cuesta hacerse valer?
BS: Yo no tengo la sensación de haber tenido que luchar más para hacerme valer. Y eso no quiere decir que esté ciega y que no sepa lo que pasa a mi alrededor. He tenido la suerte de nacer en el seno de una familia maravillosa, que me ha hecho crecer en unos valores que me han conformado en lo que hoy soy. En toda mi vida, en mi entorno, en mi burbuja, nunca he tenido esa preocupación, por suerte. En el trabajo siempre me he sentido muy valorada y, con la gente que me he cruzado en todos estos años, no he tenido la necesidad de abrirme paso por el simple hecho de ser mujer, la verdad.

TL: ¿Has descubierto en ti registros no mostrados hasta ahora?
BS: Yo creo que sí. Cuando llevas trabajando muchos años, aprendes a manejarte en lugares comunes. Tú sabes lo que te puede funcionar y cuál puede ser tu zona de confort. Si tienes suerte, esa zona de confort puede que no esté mal, lo que pasa es que esa es una trampa tremenda. La suerte de este trabajo es que nos da la oportunidad de retarnos a nosotros mismos y probar cosas nuevas. El thriller es un género que nunca había hecho, así que he intentado hacerlo con las orejas gachas, con la mayor humildad posible, intentando probarme a mí misma.

TL: ¿Qué Blanca van a encontrar tus millones de seguidores en La Huella del Mal?
BS: Espero que con una mujer con la que empaticen, que desde el minuto 1 se sumen a la intriga de la trama de la película, la misma sensación que a mí me produjo al leer el guión. Silvia hace lo que puede por resolver asuntos pasados. Espero que empaticen con ella porque todos en nuestra vida intentamos pasar página de cosas, que pensamos que se sanan con el tiempo y, a veces, ese tiempo no las cura. Cuando hay asuntos sin cerrar, es fácil que la vida te los vuelva a poner delante. Y eso es lo que ocurre en la película.

“No suelo comunicar más allá de lo que me preguntan”

TL: ¿Eres de cocinar la vida a fuego lento?
BS: Sí, porque soy de gestión lenta en la vida. Analizo mucho las cosas, demasiado.

TL: ¿A quién no le dedicarías ni un minuto de tu vida?
BS: A las cosas que no tienen solución y a la gente muy pesada y que no escucha.

TL: ¿Ese plato del que te saturarías con placer?
BS: Mojar colines en mayonesa, por ejemplo, es una enfermedad, bolsas enteras. Y la pasta.

TL: ¿Ese olor inolvidable que te transporta a la infancia?
BS: Las espinacas gratinadas de mi madre. Todo se reduce a la comida, como ves. Me gusta mucho comer y me voy ahí (risas)

TL: ¿Un sueño que se repite una y otra vez?
BS: Más que sueño, yo diría pesadilla. Hace mucho que no tengo, pero sí hay un par que son un poco pesados.

“No le dedicaría tiempo a la gente muy pesada y que no escucha”

TL: Tres palabras que definan el momento que está viviendo…
BS: Agradecida, contenta y feliz.

TL: Imagínate que te piden que escribas tu vida. ¿Cómo titularías el libro?
BS: Tendría que ver con algo inesperado, con sorpresas. Ahora mi vida está más calmada pero, durante muchos años, me pasaron cosas muy sorprendentes y muy intensas. Yo creo que iría por ahí.

TL: Y si se lleva al cine, ¿quién dirigiría la película?
BS: Si tuviera carta blanca, tiraría por alguien ultra mega top. Hay que soñar en grande.

TL: Morirías por tener un superpoder. ¿Cuál sería?
BS: Siempre dije teletransportarme, nunca ser invisible. Me perturbaría mucho que alguien eligiese esa opción, me parece algo super invasivo.

TL: ¿Qué es lo peor de la fama?
BS: Supongo que tiene que ver con la falta de anonimato. Cuando va pasando el tiempo te vas dando cuenta de que te condiciona en algunas cosas. Si el día de mañana ya no me saliera más trabajo y tuviera que dedicarme a otra cosa, siempre me reconocerían por mi trabajo anterior. Y pensar eso no me gusta nada (risas).

“Lo peor de la fama es la falta de anonimato”

TL: ¿Qué no echarías de menos nunca en tu camerino?
BS: Mi termo de café y un neceser gigante donde llevo de todo, porque son muchas horas fuera de casa trabajando e intento no tener que pedir nada a nadie. En mi día a día, sin embargo, llevo cacao y poco más. Y, cuando viajo, soy muy de por si acaso (risas).

TL: ¿Eres de dar consejos aunque no te los pidan?
BS: Depende de a quién. Si es una persona de mucha confianza o familia, hay veces que sí. Pero siempre estructurando los consejos de una manera no muy invasiva porque hacer cosas, cuando no te las han pedido, es delicado.

TL: ¿Un miedo que no sepas controlar?
BS: El miedo a la oscuridad está ya al 98%, pero no me hace mucha gracia, la verdad.  Y las arañas. Luego están los miedos vitales, como a la soledad y esos miedos que tenemos los seres humanos…

TL: Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder…
BS: No lo sé, la verdad. No suelo comunicar más allá de lo que me preguntan. En mi vida sí pero, en una entrevista, yo te doy el máximo de lo que veo que tú necesitas. Si se ha quedado algo sin decir, para la próxima (risas)