Doña Letizia ha presidido esta mañana un nuevo evento oficial en una semana cargada de citas para los miembros de la familia real. En concreto, ha estado presente en el acto que ha organizado el Ayuntamiento de Madrid en el Parque de El Retiro con motivo de la festividad de “San Juan Bautista”, patrón de la Policía Municipal. Allí se han entregado las Medallas al Mérito Profesional y las Cruces al Mérito en un evento en el que además se ha conmemorado el 50 aniversario de la incorporación de la mujer a este cuerpo municipal.
La relajación de las medidas sanitarias para frenar la pandemia ha permitido que el número de actos oficiales comience a ser el habitual. Pero no por ello Doña Letizia ha abandonado la tendencia que viene siendo habitual en ella desde hace tiempo y que la pandemia ha acentuado. Combinar y sacar el máximo partido a los diseños de su guardarropa.
De este modo y para el evento de hoy, la Reina ha recuperado un vestido que estrenó en la primavera de 2019 durante un acto oficial en Palma de Mallorca. Vuelve además con´el a uno de sus colores preferidos. Si durante los últimos meses el rosa y sus diferentes tonalidades han sido los protagonista, el rojo regresa en este inicio de verano con toda su fuerza. Un color fetiche para la Reina, que hoy ha lucido en una creación de Salvatore Ferragamo.
Se trata de un vestido camisero de corte midi. Una prenda exclusiva que pertenecía a la colección de la firma italiana de la temporada Primavera-Verano 2019. En su día estaba a la venta por unos 1.650 euros. Posee cuello mao, manga tres cuartos de tipo farol con fruncidos y efecto drapeado. La falda midi de línea evasé tiene bastante vuelo. Además, su corte elástico en la cintura consigue ese efecto estilizador que tanto utiliza Letizia.
Doña Letizia ha completado su look con unos salones en color nude de Carolina Herrera, apostando por su siempre infalible moño bajo clásico. Un atuendo en definitiva que es una declaración de intenciones. Cuando muchos daban por hecho que el rosa era su nuevo color favorito, la Reina ha sorprendido reivindicando que su historia de amor con el rojo está más viva que nunca.
La historia de la Policía Municipal se remonta a los alguaciles que en tiempos de Felipe III se dedicaban a la vigilancia de la polis (la ciudad), y que se había consolidado a comienzos del siglo XX. Distinguido el Bautista por su consejo y acompañamiento a las gentes, entre las que gozaba de autoridad, una comisión de estudiosos consideró que encarnaba los principios por los que se guían los policías. El más destacado, la defensa de la virtud de la justicia, que para los agentes consiste en proteger los derechos de todos. Con Madrid como iniciadora de este patronazgo, muchas de las policías locales y municipales -también de otras partes de España- que iban naciendo en los pueblos se acogieron a él.
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