El 2024 ha empezado con claroscuros para la reina Letizia. Por un lado estamos seguros de que vive con ilusión el comienzo del año así como las nuevas etapas formativas de sus hijas, tanto en Zaragoza como en Gales.
Pero también imaginamos que los recientes rumores sobre su vida íntima -de dudosa veracidad y con mucha maldad implícita- están eclipsando lo que realmente le importa como reina: su labor para con los españoles y con la institución a la que representa.
Este año se cumplirán 20 desde que aquella periodista pizpireta se convirtiera en princesa de Asturias. Un vuelco de 180 grados al que se adaptó de manera espectacular, entendiendo desde el principio lo que significa ser un miembro de la Familia Real. Desde entonces han sido pocas las veces que, como cualquier humano, ha podido equivocarse. Pero la balanza se inclina más hacia el lado positivo que el negativo.
Es más, diremos que además de cumplir a la perfección con su rol de reina consorte, Letizia ha ejecutado muy bien otro de sus objetivos ligados a la Corona. El que tiene que ver con la formación de su hija mayor, la princesa Leonor.
La heredera al trono ha demostrado una actuación impecable en todos sus actos públicos desde que su papel se hiciera más importante, destacando el trabajo que sus padres han hecho con ella preparándola para su futuro.
De hecho, las críticas positivas ante este hecho han llegado a la Casa Real desde todos los rincones y procedentes de todo tipo de voces. Incluso las que no son afines a la Corona. El trabajo que Felipe VI y la reina Letizia han hecho con Leonor como padres y como reyes ha sido simplemente maravilloso.
Así lo confirmó la Ministra de Defensa, Margarita Robles, en su discurso el Día de la Pascua Militar. “Señor permitidme que os diga a usted y a Su Majestad la reina que como padres os podéis sentir satisfechos del trabajo que la princesa de Asturias está realizando en la Academia Militar de Zaragoza. Así nos lo transmiten profesores y compañeros. Y quiero también agradecer muy especialmente a SM la Reina su diaria entrega y voluntad de servicio”.
Sin duda unas palabras especiales y muy emotivas para la reina quien, en ese momento, bajó la mirada tímidamente esforzándose para aguantar la emoción. Y es que nos guste o no, es un hecho que la asturiana ha hecho todo lo posible para cumplir con sus obligaciones como miembro de la Familia Real.
Su trabajo y su implicación con temas de gran importancia como la lucha contra el cáncer, la cooperación internacional o la investigación de las enfermedades raras, son su mejor aval. Y eso no tiene discusión.
Pero a ellos se une el preparar a quien en el futuro será la sucesora de su padre, el rey Felipe VI. Y tampoco hay duda de que Leonor es una de las princesas mejor prepararas de la historia de España.
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