Los Duques de Cambridge han sido de los primeros miembros de la Familia Real británica en felicitar públicamente a Felipe de Edimburgo, que hoy cumple 99 años. Un aniversario que se produce en circunstancias muy especiales para todos, ya que las medidas de confinamiento de los miembros más longevos de la familia prosiguen para evitar males mayores. Tanto el homenajeado como su mujer, la reina Isabel II, se mantienen casi aislados en el Castillo de Windsor desde mediados de marzo.
Con motivo del cumpleaños, los servicios de comunicación de la Familia Real británica publicaban hace unas horas una fotografía de ambos en los jardines de la residencia. Isabel II escogía para la ocasión un vestido en gris y amarillo con estampado floral de Angela Kelly. Como complementos, un collar de perlas y uno de los broches de diamantes más lujosos de su joyero, el Cullinan V. Felipe de Edimburgo por su parte elegía un elegante blazer azul marino y pantalones grises claros con corbata de rayas anchas en granate y marino.
Una estampa que compartían el príncipe William y Kate Middleton en sus redes sociales junto a otras dos que reflejan algunos de los momentos vividos por la pareja junto al homenajeado en los últimos años. A las fotografías les acompañaba un breve y cariñoso texto: «¡Deseándole un feliz cumpleaños número 99 al Duque de Edimburgo!».
El príncipe Carlos también ha usado las redes sociales para dejar constancia pública de la felicitación a su longevo padre. Ha sido a través de la cuenta oficial de Clarence House. En ella ha compartido una foto suya sonriendo con su padre en un compromiso oficial. El toque personal ha llegado con otra fotografía de su infancia, en la que vemos a ambos en un paseo en bote a motor en la Isla de Wight, allá por 1957.
Cuentan los cronistas británicos familiarizados con la información real que Felipe de Edimburgo e Isabel II, que llevan casados 73 años, han pasado en estas últimas semanas más tiempo bajo el mismo techo de lo que habían pasado en las últimas décadas. El marido de la Reina fue trasladado a mediados de marzo en helicóptero al Castillo de Windsor. Hasta entonces se encontraba en su residencia habitual, en Sandringham, a unos 160 kilómetros de Londres.
Durante las primeras semanas de confinamiento, ambos permanecieron totalmente aislados, sin contacto mutuo, con un reducido séquito personal de unas 20 personas. Todos ellos han garantizado el aislamiento y la seguridad sanitaria de los miembros de la Familia Real británica más expuestos al Covid-19. Y por el momento, lo han conseguido.
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