Isabel II, en plena forma a sus 95 años, rechaza el premio de ‘Anciana del Año’

Isabel II ha retomado su agenda oficial con ganas de seguir al pie del cañón. A sus 95 años, la Reina de Inglaterra ha incrementado su exposición pública estas últimas semanas por un buen motivo. La defensa del medio ambiente y el cuidado del planeta han ganado protagonismo en la agenda oficial de su majestad, sobre todo ante la inminente cumbre de Naciones Unidas que comienza en Gales a finales de mes.

Así, este mismo martes, el Castillo de Windsor, la ya residencia oficial de Isabel II desde que comenzara la pandemia, recibía a un nutrido grupo de representantes públicos y privados. Una reunión con otros fines, impulsada por el gobierno para buscar inversiones, pero en la que sin duda ha salido a relucir el asunto del cambio climático.

Isabel II se encuentra en plena forma a sus 95 años

En la recepción no faltaron el Príncipe de Gales y el Duque de Cambridge, que acompañaron a Isabel II mientras saludaban y departían con empresarios multimillonarios, enviados presidenciales y emprendedores tecnológicos. La Reina, ataviada con conjunto turquesa a juego con detalles florales, completó su atuendo con un par de zapatos negros de charol, aretes de perlas y un collar de tres hilos.

La monarca sacó del joyero real el histórico broche Cullinan V, que presenta una piedra central en forma de corazón. Se trata del mismo broche de diamantes de plata que usó en la fotografía oficial con la que conmemoraron el cumpleaños número 99 del difunto príncipe Felipe en 2020. Al acto acudió el cofundador de Microsoft, Bill Gates, al que pudimos ver este mismo fin de semana de celebración familiar en la boda de su hija en Nueva York.

Isabel II se encuentra bien de ánimo y salud, según cuentan desde palacio. Y por ello rechazaba esta misma semana la obtención de un premio. El de «Anciana del año» que otorga la publicación mensual The Oldie. Un galardón otorgado en su día también a su difunto marido y que también fue rechazado.

La monarca declinó «cortés, pero firmemente» el galardón, tal y como se encargó de transmitir a la publicación su asistente privado, Tom Laing-Baker. «Su Majestad cree que uno es tan mayor como se sienta. Como tal, la reina no cree que cumpla con los criterios relevantes para poder aceptar, y espera que encuentre un destinatario más digno», decía la carta transmitida por Laing-Baker.