Ni 24 horas ha esperado Meghan Markle para salir de Londres tras la tormenta desatada en la Familia Real británica por ella misma y su marido. El príncipe Harry se ha quedado solo para lidiar una crisis que no va a ser fácil de gestionar en contra de lo que probablemente esperaban sus protagonistas. La decisión de abandonar los cargos de responsabilidad que ocupaban en la Corona y comenzar una nueva vida entre Canadá y Reino Unido, lejos incluso del sustento económico que supone estar bajo el paraguas real, ha sido todo un terremoto en el Palacio de Buckingham.
Según publica el Daily Mail, Meghan Markle desapareció de Londres horas después de anunciar mediante un comunicado que los Duques de Sussex querían desligarse de sus funciones y se encontraría ya en Canadá con el hijo de la pareja, Archie, que no regresó con ellos tras seis semanas de exilio voluntario, permaneciendo en territorio canadiense junto a una niñera y la madre de la actriz. Es muy probable que estas imágenes hayan sido las últimas que veremos de la pareja en suelo británico por mucho tiempo y sin duda las últimas también ejerciendo un papel institucional…
Su visita el martes al Alto Comisionado de Canadá en Londres para agradecer la hospitalidad y la acogida del pueblo canadiense durante las últimas semanas ya resultó llamativa. En gran medida porque desde el Palacio de Buckingham se apresuraron a destacar que no era un acto previsto en la agenda, ya que la estancia de la pareja en Canadá fue voluntaria y no oficial.
La BBC ya remarcaba ayer que altos miembros de la Familia Real británica se encuentran muy molestos con la decisión emprendida por ambos y algunos medios han publicado que la propia reina Isabel II se enteró del caso viendo la televisión. La resolución del asunto no es sencilla porque el príncipe Harry cumplía un papel en la Corona que ahora mismo queda vacante y no parece que haya en la familia nadie que lo asuma con garantías.
Harry había dejado de ser ese miembro díscolo y rebelde de la familia, atormentado por el fallecimiento de su madre gracias en parte al papel que su abuela le había otorgado. Su vertiente solidaria y sus relaciones directas con numerosas organizaciones sociales en la Commonwealth formaban parte del equilibrado andamiaje creado por Isabel II para aclarar la imagen de la institución ante la opinión pública. Además está el coste de seguridad, que la pareja no podría asumir por muchos ingresos que quieran obtener a corto plazo en su nueva vida.
Pero otras voces señalan que ha sido la propia Casa Real británica la que ha forzado la salida de la pareja. Tom Bradby, que se presenta ante los medios como confidente de los Duques, asegura que fue el Palacio de Buckingham el que planteó la salida de ambos porque los tiempos han cambiado y «se les dejó claro que la monarquía británica debía ser reducida y ellos en realidad no formarían parte de ella». Sea como fuere, Isabel II quiere evitar un proceso largo y tedioso (un «Sussexit») y ha pedido a todos los implicados una solución inmediata. Veremos…
*Foto principal: Gtres
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