Hace apenas una semana el príncipe Alberto y Charlène de Mónaco celebraban su décimo aniversario de boda. Una fecha muy especial que la pareja festejaba en la distancia, pues la princesa continúa en Sudáfrica recuperándose de un problema de salud. Sin embargo, para la prestigiosa revista alemana Bunte, este aniversario separado no sería una casualidad, sino el primer paso de su divorcio. Y es que la cabecera da por segura la separación de Alberto y Charlène de Mónaco. Asegura que el matrimonio llevaría meses sin verse, y que la princesa se habría instalado definitivamente en Sudáfrica, donde ya estaría preparando su nueva vida.
A pesar de que siempre ha habido rumores de separación entre Alberto y Charlène de Mónaco, el hecho de que haya sido la revista Bunte la que apunte al divorcio ha hecho saltar las alarmas. Y es que el medio es uno de las que más información ofrece sobre la familia Grimaldi, y cuenta con fuentes muy fiables y próximas al príncipe Alberto.
El hecho de que Charlène de Mónaco lleve más de dos meses retenida en Sudáfrica debido a un problema de salud, no ha conseguido zanjar los rumores de separación que corrían por el Principado. Y es que, aunque la princesa haya hecho público un comunicado con su diagnóstico, varias fuentes aseguran que Charlène llevaría en su países varios meses.
Las últimas fotos de la princesa en Mónaco son del 9 de febrero, cuando asistió con Alberto a la presentación de un torneo de rugby. Desde entonces han pasado cinco meses y no se ha vuelto a ver a Charlène por el Principado. Según publica la revista Bunte, la princesa llevaría desde entonces en Sudáfrica. Y es que cuando asistió al funeral del rey zulú Goodwill Zuelithini en el mes de marzo, ya llevaba en el país un tiempo.
Sin embargo, no es su estancia en Sudáfrica el motivo que habría llevado a la publicación a dar por segura la separación, sino los últimos movimientos empresariales. Claude Palmero, administrador de activos del príncipe Alberto y su mano derecha para solucionar problemas, figura como cara visible de una red corporativa con sede en Malta, propiedad del hermano de de Charlène, Sean Wittstock.
Esta empresa, dedicada a administrar bienes, planea expandirse a Sudáfrica, algo que no tendría sentido si la familia no tuviera bienes inmuebles en el país. Y es que Bunte asegura que la princesa llevaría tiempo buscando una casa en Johannesburgo, más concretamente en el el barrio de Benoni, donde viven sus padres y su hermano. Sin embargo, la clave estaría en que su otro hermano, Gareth Wittstock, persona indispensable en Mónaco, ya se habría comprado una casa en esa misma zona, una compra que para la publicación no tendría sentido si no quisiera mudarse allí por una larga temporada.
Por lo tanto, la empresa de Malta estaría gestionando los bienes de la princesa y su familia en Sudáfrica, algo que la publicación señala como una forma de que Charlène se asegure el futuro de cara a su separación del príncipe Alberto. De hecho, Bunte asegura que la princesa ya estaría haciendo su vida en su país, donde sus amigos estarían al tanto de la separación. Y es que Charlène les habría hablado de sus planes de negocio en Sudáfrica, algo que no podría gestionar si viviera de forma fija en Mónaco.
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