Los príncipes William y Harry caminarán “hombro con hombro” en la procesión fúnebre de su abuelo, el príncipe Felipe de Edimburgo, dejando a un lado su reciente enemistad al estar “unidos en el dolor”. Mientras, la embarazada esposa de Harry, Meghan Markle, permanecerá en California. La reunión familiar probablemente estará “cargada de tensión” tras sus controvertidas declaraciones televisivas. A pesar de que llevan sin hablar con William varios meses, Harry dejará eso de lado para caminar con su hermano el sábado en honor a su abuelo, quien murió el viernes a los 99 años.
Los expertos dicen que existe la esperanza de que su dolor compartido también ayude a la pareja a recordar su vínculo una vez cercano. Y que finalmente se decidan a hablar de sus discrepancias. “Ambos son plenamente conscientes de su historia compartida y sin duda recordarán el impacto que tuvo su abuelo en su vida mientras crecían”, dijo una fuente real al periódico británico.
“Hay esperanza. en una ocasión como esta, donde los hermanos están unidos por el dolor, en que se puedan limar asperezas” afirman fuentes de Buckingham. Sería apropiado porque el difunto duque de Edimburgo estaba “consternado” por la pelea de sus nietos y trató de reunirlos, dijo la fuente. Felipe “los instó a ambos a poner fin a sus diferencias, y no sólo recordar su vínculo, sino también ser conscientes de su deber para con la Reina y el país”, dijo una fuente al Daily Mirror. Sólo 30 personas podrán asistir al sepelio, según las restricciones actuales del coronavirus, pero el servicio se transmitirá en vivo por televisión.
William, de 38 años, y su esposa, Kate Middleton, de 39, rindieron un conmovedor homenaje al desaparecido consorte al colocar en la página de apertura del sitio web oficial de la Fundación Real una gran fotografía en blanco y negro de él. Los simpatizantes también continúan dejando tributos florales en las puertas de las residencias reales, incluso después de que los funcionarios instaron a las personas a mantenerse alejadas debido a las restricciones del coronavirus. A pesar de ello, ayer domingo cientos de personas llevaron notas, tarjetas y flores a las puertas del Castillo de Windsor, donde murió Felipe, así como en las afueras del Palacio de Buckingham.
Neil Loughton, fundador del Penny Farthing Club montó en su bicicleta antigua hasta las puertas del palacio para presentar sus respetos. “Creo que hay algunas cosas que son importantes y deben hacerse. Noventa y nueve años de vida y más de 70 años de servicio merecen algún reconocimiento”, dijo. Uno de los hijos de Felipe, el príncipe Eduardo, de 57 años, dijo que los homenajes “extraordinarios” significan mucho para la familia real. “Simplemente demuestra que pudo haber sido nuestro padre, abuelo, suegro, pero significaba mucho para muchas otras personas”, dijo Eduardo.
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