Tras los dos biopics de Saint Laurent (uno con Gasrpard Ulliel y otro con Pierre Niney encarnando al modisto), ahora es otra estrella de la alta costura la que cuenta su vida, aunque esta vez de otra manera y de un modo más arriesgado: la escena. Jean Paul Gaultier ha estrenado en París su bioshow más increíble , ‘Fashion Freak Show’, su biografía pasada por el arco del music hall más excitante y sexy.
El creador ha dado rienda suelta a su imaginación, que es mucha, para explicar su vida a través de la música, de toda la iconografía que ha diseñado y que le ha conducido a la cumbre del éxito. Sobre el escenario del Folies Bergère vemos cómo en una multicolor función, se da vida a toda la evolución de Gaultier, que ya desde pequeño apuntó aires de inconformista, rebelde con causa (la suya) y dio muestra de su arriesgada afición, la moda, por aquel entonces una de las profesiones de riesgo en un hombre.
Tuvo una buena maestra, su abuela Marie, en cuyo salón de belleza el pequeño Jean Paul (al que ahora sus íntimos llaman ‘Jipi’ por sus iniciales) practicaba con rulos y tintes con un modelo excepcional, su oso de juguete, que era su compañero, su colega, y con quien compartía toda clase de habilidades. El muñeco fue el primero en usar esos sujetadores de copa cónica que Madonna lanzaría al mundo en su gira ‘La ambición rubia’ y el primero que sin duda utilizó, asumió y disfrutó de las creaciones de Gaultier (realmente Gautier, que añadió la ‘L’ para darle estancia al apellido), antes que Pierre Cardin le invitara a formar parte de su equipo de trabajo. Él fue su primera gran escuela, pues nuestro hombre es autodidacta total.
Con la habilidad de un mago, Gaultier ha diseñado esta vida de music hall salpicada con todo su universo que incluye un amplio abanico de músicas, de los Rita Mitsuko a Madonna, pasando por Chic y Stromae. Amante de la cultura popular desde todos sus ámbitos, es fiel seguidor de los festivales de Eurovisión, de los que no se pierde ni uno, incluso acudiendo al país donde se celebra si dispone de fechas libres. Toda esa orgía de imágenes, sensaciones y emociones está en el show que es un homenaje a la alegría de vivir.
No conozco un hombre más positivo que él, que no desfallece ante nada, siempre dispone de una sonrisa contagiosa y una palabra amable para los demás, incluso en los peores momentos. Amante de la gastronomía y el paisaje español (no sabría determinar el orden de los factores), Gaultier es frecuente visitante de localizaciones tres españolas en concreto: el País Vasco, donde suele pasar algunas temporadas en verano; Ibiza, donde alquila una villa durante el mes de agosto con sus amigos Jean Pierre Bua y Lluís Balagué; y Barcelona, donde tan pronto aparece degustando las tapas del Juanito en el mercado de la Boquería como compartiendo mantel en cualquier restaurante de producto que se precie.
Gaultier es un hombre extremadamente generoso, que tuvo a bien acercarse hasta Barcelona ex profeso para presentar mi libro, ‘Dime con que vas’, accediendo a participar en un acto nada convencional, en el que, para devolverle la atención, convertí lo que hubiera sido una sesión tradicional de lectura en un show de music hall, que es lo que le apasiona. Intervinieron La Maña y su ballet, Maruja Garrido y el cuadro (guitarras, cajón) de los gitanos de la popular calle de la Cera, y los bailaores Rafael Amargo y Amador Rojas.
El escenario del Club Astoria donde se celebró la fiesta, brilló como nunca cuando el diseñador, secundado por el nada improvisado elenco, se atrevió con el “Volare” de Modugno, versión flamenca, tocado con la más impresionante mochila de plumas de La Maña. Luego, una cena en el hoy desparecido Danzarama, le reunió con artistas de todas las edades, que es enorme el respeto que siente por el arte en todas sus acepciones. Enrique Tomás le regaló un jamón y un juego de cuchillos y Gaultier dibujó a rotulador dos manteles.
Toda esa generosidad está explícita también en un espectáculo donde brilla el ingenio, la genialidad en burbujas que se escapan de esa botella de champán que es su vida, tan fresca y atractiva que seduce desde el inicio por la aparente facilidad con que discurren todos sus paisajes. Una visual atrevida, entrañable y extraordinaria velada, que todo París no se perdió. Allí estaba gente de la moda como Inès de La Fressagne, Coco Rocha, Isabeli Fontana, Jean Claude Jitrois, Kenzo o Christian Louboutin; y estrellas como Marion Cotillard, Victoria Abril, Isabelle Huppert, Virginie Ledoyen, y la reina del music hall Line Renaud.
*Fotografía de portada: Instagram @jl.blais
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