Orlando Bloom es uno de los actores de Hollywood más conocidos. Sus papeles en grandes producciones como El Señor de los Anillos o Piratas del Caribe le catapultaron a la fama. Sin embargo, más allá de sus famosos personajes es muy poco lo que conocemos de él. Esta es la conclusión a la que ha llegado sus seguidores tras leer sus entrevistas para The Guardian y The Times. Y es que aunque Orlando Bloom asegura que “tristemente, no creo que haya nada de mí que la gente no sepa”, lo cierto es que descubrir sus manías y rutinas diarias nos ha dejado con la boca abierta.
Orlando Bloom cuenta con todo un ritual de mañana que repite cada día y al que no le falta detalle. Según ha confesado a The Times, se despierta a eso de las 6.30, después de haber dormido unas ocho horas, y analiza con su reloj cómo ha sido la calidad de su sueño. Tras conocer los resultados, se dirige a la habitación de Daisy, la hija que comparte con Katy Perry, con la que pasa un buen rato, mientras le repite constantemente: “Papá quiere a su Daisy Dove”. Una manía un tanto rara que el actor explica orgulloso a la publicación. “Así que sabe quién es papá. La primera palabra de mi hijo fue ‘Mama’, pero Daisy dijo ‘Dadda”.
Tras pasar tiempo con su hija se centra en meditar y pasa unos 20 minutos haciendo cantos budistas, algo que nunca perdona. Y es que a los 16 años Orlando Bloom se convirtió al budismo, una religión que sigue con mucho afán, pues asegura a The Guardian que su bien más preciado es su Gohonzon, “un pergamino budista” con el que reza “cada día”.
Todo esto lo hace manteniéndose lo más alejado posible de su teléfono móvil. Y es que Bloom asegura que apenas lo utiliza un rato por la mañana. “Más allá de eso, no miro más mi móvil. No quiero que me chupe el agujero negro de las redes sociales”.
A continuación llega el momento del desayuno. “Uso unos polvos verdes que mezclo con aceite de octano cerebral, un polvo de colágeno para el cabello y las uñas, y algo de proteína”, explica. Después se marcha a dar un paseo mientras escucha Nirvana o Stone Temple Pilots y a eso de las nueve de la mañana vuelve a desayunar. “Una papilla, con un poco de leche de avellana, canela, pasta de vainilla, avellanas, bayas de goji, una proteína en polvo vegana y una taza de té“.
Y es que Orlando Bloom confiesa que, aunque no es 100% vegano, sí que intenta seguir una dieta centrada en verduras y evita consumir carne. De hecho, asegura que solo come carne roja una vez al mes y cuenta que cuando ve una vaca siente pena. “A veces miro una vaca y pienso que es lo más hermoso que existe”.
Aunque podamos pensar que la rutina ya ha terminado, todavía queda algo más. Y es que cuando no tiene que dedicarse a sus reuniones de Zoom, lecturas de guion o salir a trabajar, Orlando Bloom se dedica a jugar al Lego. Durante la cuarentena el actor retomó su afición por este icónico juego, con el que suele construir coches. “El método natural de crear cosas pequeñas me hace sentir que consigo ciertos logros”.
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