Tres días de fiesta ininterrumpida, cinco vestidos de novia e invitados de lo más selecto. Este podría ser un rápido resumen de la boda de Paris Hilton y Carter Reum. La pareja se daba este jueves por primera vez el «sí quiero», y decimos primera, porque la boda se ha alargado durante todo el fin de semana. Una jornada de tres días de celebración en los que, por supuesto, la novia ha lucido hasta cinco vestidos diferentes, a cada cual más espectacular y sorprendente. Y es que aunque ya sabíamos que la boda de Paris Hilton iba a ser todo un espectáculo, sin duda, ha superado las expectativas.
Paris Hilton y Carter Reum se casaban este jueves en una ceremonia privada celebrada en una finca de Beverly Hills que había pertenecido a la familia de la heredera. Para esa celebración, Paris se decantaba por un espectacular diseño de Oscar de la Renta bordado a mano, en el que se han invertido más de 1.400 horas de trabajo. Se trata de un vestido con cuello alto y manga larga, confeccionado en encaje con motivos florales en el cuerpo, y una gran falda de tul de la que partía una pequeña cola. La heredera lo lució acompañado de un largo velo con los mismos bordados del vestido.
Un vestido elegante y sobrio, en comparación con lo que nos tiene acostumbrados. Sin embargo, tras la ceremonia Paris Hilton apostó por un diseño más corto y sensual. Hablamos de un vestido, también de Oscar de la Renta, con un escote de hombros caídos decorado con bordados de flores, y una corta falda de vuelo. Un diseño más acorde a su estilo y con el que la novia estaba más cómoda.
Sin embargo, aquí no acabó la cosa. Y es que Paris Hilton se cambió una tercera vez para apostar ahora por un vestido que, perfectamente, podríamos ver sobre una alfombra roja. Se trata de nuevo de un diseño de Oscar de la Renta, de corte recto, escote en V, y decorado con miles de cristales que le hacían brillar con luz propia. Aunque el vestido era de tirantes, contaba con una especie de mangas transparentes a modo de capa, también decorada con piedras.
Para el baile nupcial, Paris Hilton volvió a cambiarse, y se decantó por un diseño de princesa. La heredera dejó a Oscar de la Renta para apostar por Galia Lahav. En concreto escogió un diseño con escote corazón, al que acompañaban unas mangas caídas de hombros, dando un toque romántico al corpiño que formaba la parte alta del vestido. De él partía una voluminosa falda de tul, con la que la novia parecía sacada de un cuento de hadas.
Para las celebraciones que sucedieron al gran día de la boda, Paris Hilton recuperó sus excentricidades y el color rosa. La heredera aparecía en Santa Mónica dispuesta a celebrar por todo lo alto su boda, luciendo un vestido de novia al más puro estilo Barbie.
Paris Hilton se decantaba por un vestido de manga larga con transparencias y brillos, con una voluminosa falda corta por delante y larga por detrás, de la que partía una pequeña cola. Un diseño al que no le faltaba detalle, pues lo acompañó de un pequeño velo también rosa, y una gafas del mismo color, con forma de corazón.
Una boda con cinco vestidos, a cada cual más diferente y original, que terminó mostrando la esencia de Paris Hilton y su pasión por el color rosa.
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