Foto: Gtres
Reconoce entre risas que está loco por subirse a un escenario, coger el coche y viajar y, sobre todo, ver al público. Pero Antonio Carmona nos cuenta que ha vivido el confinamiento con tristeza, nerviosismo e incertidumbre. “La pena era saber que la gente iba a tener muchas necesidades y que el mundo iba a cambiar en todos los aspectos“. Sin embargo, el encierro en casa no le supuso ninguna dificultad al estar acostumbrado a pasar muchas horas solo en su estudio. Además, se reconoce privilegiado por vivir en Cádiz “en una casa que me permite ver el sol y salir al jardín” pero se lamenta de llevar cuatro meses sin poder ver a su madre.
En la pandemia también ha escrito “principalmente sobre lo débiles y lo sensibles que somos” avanza Carmona durante el desayuno virtual ‘Nuevos hábitos, nuevas iniciativas’ organizado por Citroën y al que ha asistido The Luxonomist.
“Lo mejor de la pandemia fue unificar a la familia, el amor que nos tenemos los cuatro. Han sido meses de estar muy unidos y muy juntos”, cuenta orgulloso en alusión a la convivencia junto a su mujer y a sus dos hijas. “Nos queremos mucho pero antes del coronavirus cada uno teníamos nuestra vida por los distintos compromisos laborales. Mariola desde la 9 de la mañana y hasta el mediodía se lo pasa al teléfono con sus gestiones de manager, un trabajo que hace de maravilla“.
Ante las preguntas de la prensa, Antonio Carmona lo tiene claro. Lo que más le ha llamado la atención del confinamiento familiar ha sido la vuelta a la cocina de su mujer. “Llevaba 20 años sin cocinar y no ha parado de hacerlo. Nos ha hecho unos arroces que no veas y hemos cogido peso todos“. Ahora reconoce estar a dieta y comiendo sano porque tampoco se privó de su especialidad: las torrijas. Según el cantante él hace las mejores del mundo.
A Carmona fuerza no le falta para salir adelante pero lamenta que “la cultura es siempre lo último que se cuida. Por eso tenemos que arrimar el hombro, ayudarnos entre todos y ver qué va a pasar para que podamos seguir con nuestra música“. El próximo 31 de julio Ketama dará su primer concierto post Covid en Barcelona y se muestra muy ilusionado. “Somos 11 personas en el escenario, más los técnicos, los productores… lo que más me gusta es cantar en directo. Lo estoy deseando“, explica.
Tiene claro que abrirá el concierto con Te miro y tiemblo, un disco grabado en Londres donde coincidió con Pau Donés. “Además de ser uno de los músicos más importantes de España, él creía igual que yo en la música latina. Ahora mismo tengo un nudo en el corazón“. Quiere cantar esa canción, dice, para que al terminarla “todos podamos darle un merecidísimo aplauso a Pau”.
El cantante dice gozar de la conducción “mientras escucho a Paco de Lucía o Camarón”. Ya ha disfrutado de una cerveza fresquita en el bar y de un baño en la playa. Pero cuando haya libertad de movimiento por toda España confiesa que le apetece ir al Norte “a comer una paella en Barcelona o unos percebes”. Para emprender ese viaje no se olvidará de la mascarilla “que tengo en todos los colores”.
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