Cecilia Suárez: «No llevo bótox ni rellenos y me siento bien»

Amalia Enríquez. 24/12/2021
Foto: Bernardo Doral

‘La casa de las flores’ posicionó a Cecilia Suárez en el imaginario mundial de la interpretación. Su ‘Paulina de la Mora’ es ya historia de la televisión pero, más allá de esa serie mejicana, la actriz ha encontrado otra vida y otras versiones interpretativas. La comedia navideña ‘Cuidado con lo que sueñas’, al lado de Dani Rovira y José Sacristán, y la emotiva ‘Alegría’ la tienen, de nuevo, en la ola de la popularidad.

The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Cecilia Suárez: Libertad, mucha libertad en todos los sentidos. Interpretar tiene que ver con eso, al menos para mí.

TL: ¿’Alegría’ habría sido diferente sin tu experiencia con la maternidad?
Cecilia Suárez: Sí, siento que el hecho de ser madre era fundamental para entender este personaje y que la experiencia, tan difícil de explicar, la completaba con esa vivencia personal de la maternidad. No sé si habría sido mejor o peor sin ser madre, pero sí habría tenido una interpretación distinta. Al final de todo, los actores tenemos que trabajar a partir de la empatía y de imaginarnos cosas. No tenemos que haberlas vivido específicamente para entenderlas, pero sí es cierto que en algunos momentos y circunstancias ayuda muchísimo haber transitado parte de esa experiencia. Y creo que, en este caso, sin duda, haber sido hija y madre ha facilitado mucho las cosas.

TL: ¿Se puede llegar a empatizar rápido con ella?
Cecilia Suárez: Pienso que sí, que se puede llegar a ser empática. Claro que se entiende. La humanidad que destila y que muestra sin pudor se comprende desde ese sentido del humor ácido que tiene. Alegría no está dibujada como un personaje perfecto, sino todo lo contrario. Se puede empatizar con ella porque se le mira con todos los colores que la forman, que la contienen. En ese sentido, todos nos vemos reflejados ahí.

TL: ‘Alegría’, un nombre estimulante… ¿para una mujer con un trasfondo de tristeza?
Cecilia Suárez: Fíjate que desde el momento que leí el guion y vi que era el título y nombre del personaje, me pareció una contradicción o esas cosas que subyacen en un personaje de una manera tan bonita. La alegría y la tristeza conviven en una misma línea de tiempo. No hay nada más humano que eso, saber que estamos construidos de contradicciones, de opuestos, de cosas que van en una dirección y en otra.

«La playa es donde me siento más pletórica»

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Cecilia Suárez en ‘Alegría’. Foto: Julio Vergne

TL: ¿Cuál es la clave para interpretar con una naturalidad como la que transmites?
CS: Gracias por la pregunta y el comentario. No sé si hay alguna clave. Supongo que hay personajes que se instalan de una forma específica en uno y que, gracias a la dirección, el resultado tiene que ver con lo que sucede y con el personaje. Siempre es un trabajo en equipo, una no trabaja en solitario, siempre tiene que ver con otros ojos que te devuelven la mitad de tu personaje y de quién es a partir de su mirada.

TL: ¿Cuál ha sido tu punto de inflexión profesional en una carrera tan reconocida?
CS: Pues fíjate que no lo sé. Es una pregunta interesante porque no tengo la certeza de que haya habido uno. Sin duda, debe de haber varios en ciertos momentos, pero supongo que uno lo mira como cuando comenzó y el día de hoy. Supongo que para mí esos son mis puntos de inflexión. Cuando decides dedicarte a una profesión como ésta y por qué sigues en ella, qué te llevó a elegir este camino y por qué sientes fascinación para seguir en él. Eso para mí es fundamental y sigo con ese mismo ímpetu y amor del principio. El mayor punto de inflexión es mantener ese entusiasmo, fascinación, misterio y ganas de investigar qué hay ahí para seguir ilusionada.

TL: Paulina de la Mora es ya historia de la televisión gracias a tu interpretación en ‘La casa de las flores’. ¿Imaginabas toda la locura mediática que desencadenó?
CS: Nadie imaginó el alcance que tuvo Paulina. Nunca, nunca, nunca. La primera temporada la hicimos con el espíritu de que nos iban a ver solo nuestros amigos (risas), así que imagínate. No lo esperábamos y, hasta el día de hoy, agradecidísimos por todo lo que ha pasado.

TL: ¿Lo mejor que se te da hacer?
CS: (risas) Yo supongo que estar en la playa. Me encanta y, si tengo una oportunidad, no la dejo ir por nada del mundo. Es un lugar en el que me siento muy feliz, nací en un lugar con playa (en un puerto) y es donde más pletórica me siento siempre. Así que creo que estar en ella se me da bien (risas).

TL: ¿Quién ha marcado realmente tu vida?
CS: Muchas personas, sobre todo mis padres. Mis hermanas también y, por supuesto, mi hijo. Muchos de mis amigos, muchísimos de mis maestros, colegas con los que he trabajado, gente que me he encontrado en el camino de intempestiva. Es decir, uno se va formando gracias también a esos encuentros. Cada cosa que a uno le va moviendo, transformando o haciendo pensar o mirar de forma distinta, lo va marcando y construyendo.

«No hay nada más humano que eso, saber que estamos construidos de contradicciones»

TL: ¿Qué te pone de buen humor?
CS: Una comida deliciosa. Unos codzitos yucatecos, por ejemplo, me ponen de muy buen humor. Soy ligera de humor, me gusta reírme, divertirme y pasarla bien.

TL: Esa canción con la que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión.
CS: Con las canciones tengo mucha cosa, puede ir desde David Bowie hasta Juan Gabriel. Me gusta mucho bailar.

TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
CS: En todo lo que tuviera que ver con humanidades. Me encantaba sociología, psicología e historia, nada que tuviera que ver con física, química o matemáticas. Esa rama de ciencias no me gustaba nada, nada.

TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa.
CS: Sin duda y daría lo que fuera por un cuadro del Doctor Atl, Gerardo Murillo, un artista mejicano maravilloso que se dedicó durante muchísimo tiempo a pintar volcanes y que es una auténtica maravilla.

TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
CS: Tocar la batería. Me habría encantado saber, pero ¡ufff!, se me resiste.

TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
CS: Digamos que no. Nacida y crecida en el norte de Méjico, si algo nos caracteriza es el poder decir las cosas de frente y directamente. Las mentiras piadosas, si se puede evitar, mejor. Me resulta más sencillo decir las cosas tal cual son. A veces, la gente no lo aprecia.

TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
CS: Los amigos a los que les guste bailar, sin ninguna duda.

«Me encantaría saber tocar la batería»

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Fotos: Bernardo Doral

TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
CS: No sé si tengo una así, pero “por favor” y dar las gracias es algo que siempre hago. Nunca las regateo.

TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
CS: Veo que voy cambiando ¡oye! Voy a cumplir 50 y me gusta respetar lo que el tiempo hace en mi cara. Orgullosamente te digo que no tengo ni botox, ni rellenos y me siento bien. No prometo nada, pero ojalá así siga porque me parece importante abrazar la edad. No hay que luchar “a toda costa” contra ir cambiando con los años y esa veneración a permanecer joven, o querer aparentar serlo porque no deja de ser una ilusión a la que hay que resistirse. Es un regalo cumplir años.

TL: ¿Ese bien que más valoras?
CS: La vida misma y todo lo que conlleva. Los amigos, la familia, los afectos, el amor, sentarse frente a un plato de comida, tener un lugar con sol en el que reposar un ratito del día. Eso, las cosas más sencillitas, la verdad.

TL: ¿Qué llevas siempre en los bolsillos?
CS: ¡Ay! Últimamente en los bolsillos siempre llevo mascarilla ¡oye!”

TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
CS: Conocerse más a uno mismo. Y tener claro que vivir en pareja no es fundirse con el otro, ser un solo elemento, sino mantener la individualidad, compaginarla y compartirla, pero no dejar de ser uno mismo.

TL: ¿Tu mayor decepción?
CS: No hablar un tercer idioma.

«Soy ligera de humor, me gusta reírme, divertirme y pasarla bien»

TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
CS: Si te soy franca, desearía desligarme de la redes sociales, pero sigo cuentas relacionadas con la maternidad/paternidad que son buenísimas y las de algún que otro amigo que me hace sonreír. Como Paco León, que siempre me arranca una carcajada y eso es de agradecer, la verdad.

TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesada?
CS: Cuando no hay café en algún sitio me pongo muy pesada (risas). Me gusta mucho y lo necesito. No lo concibo cuando no hay.

TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable.
CS: Galicia ¡Dios mío, cómo se come allí! Yucatán, que también es algo inexplicable; y también Japón, que es una explosión de dicha.

TL: La pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder.
CS: La verdad es que agradezco las que me has hecho y me doy por bien servida. Me he quedado muy contenta por haber tenido este tiempito para poder pensar y te lo agradezco mucho. Te mando un abrazo y que todo vaya muy bien. Ciao!

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