Dani Martínez: «Mi cerebro no tiene lugar para el odio musical”

Su sueño era llegar a vivir de la radio y, con el tiempo, incluso triunfar en ella. Pero el destino tenía otros planes para él. Cuando Flo llegó a la vida de Dani Martínez, sus esquemas profesionales saltaron por los aires y se le abrieron nuevas expectativas en el mundo del entretenimiento. Tras una etapa exitosa en Cuatro, fichó por M+ donde triunfó con Martínez y Hermanos. Ahora, con ese mismo programa, regresa a la cadena que le vio nacer como profesional de la televisión. Y, por cierto Dani, lo de Julio Iglesias no es un supuesto…

The Luxonomist: ¿Se cierra el círculo? Regresas a Cuatro, donde empezaste a tener repercusión mediática…
Dani Martínez: Volver a Cuatro es volver al lugar donde todo empezó con Tonterías las Justas. También le tengo mucho cariño a mi etapa en El Concurso del Año. Espero que la etapa de Martínez y Hermanos sea tan bonita y divertida como fueron esas dos.

TL: ¿Qué queda del Dani Martínez de esos primeros programas en el comunicador consagrado de hoy?
DM: Creo que la verdad. Siempre he trabajado desde ese sitio, desde la verdad. Por todo ello hablo de León, acabo las palabras en ‘ina’, como lo hacemos en mi casa, o utilizo chascarrillos de mi grupo de amigos en los programas.

TL: ¿De niño ya eras el teatrero de la pandilla?
DM: Lo era. Pero en León hay varios de mi grupo que podrían haber tenido ese papel perfectamente.

“Flo me hizo crecer con sus consejos, su generosidad y su comedia”

TL: ¿En el mejor de tus sueños imaginaste todo lo vivido?
DM: La verdad es que no. Mi sueño era vivir de hacer radio. Con eso hubiera colmado todas mis expectativas. Y mira todo lo que se vino después.

TL: ¿Cuál ha sido ese punto de inflexión que te ha cambiado la vida?
DM: Ha habido dos momentos clave. El primero la llamada de Pilar Socorro para que dejara León y me viniera a Madrid a hacer radio con ella. Peleó mucho para que estuviera en su programa y sin Pilar no hubiera habido todo lo que vino después. El otro momento es cuando conozco a Florentino Fernández y me llama para Tonterías las Justas. Él decide que sea presentador y no colaborador. Flo me enseña otro tipo de tele y me hace crecer con sus consejos, su generosidad y su comedia.

TL: ¿Ese invitado que te hizo perder los papeles… o los nervios?
DM: Pues he de decir que ninguno. Intento ser un anfitrión para todo tipo de perfiles y conseguir que ellos estén cómodos en el programa. Y cuando la gente está cómoda, siempre te regala una versión maravillosa.

TL: ¿Qué me darías si te presentara a Julio Iglesias?
DM: ¿Esto es un supuesto o un ofrecimiento real? Porque me he puesto nervioso. Jajaaj. Aunque siempre digo que prefiero no conocerle, ya que seguro que no sabría gestionar bien ese momento. Así evito hacer el ridículo. 

«Mi etapa jugando al baloncesto en León fue muy feliz»

TL: ¿Eres de cocinar la vida a fuego lento?
DM: Tengo prisa para todo. Debería tener menos e intento trabajar en ello. Me gustan las cosas para ya y todo tiene su proceso. Y esta profesión es muy del fuego lento.

TL: ¿Lo mejor siempre está por llegar?
DM: Al menos siempre está la opción de que llegue. No sé si ya lo has vivido o no, pero siempre está la opción de superar lo anterior. Por eso hay que tener esa ilusión.

TL: ¿A qué momento de tu pasado regresarías?
DM: A los veranos de Hospital de Órbigo, mi pueblo de León, con 20 años. Amigos, piscina, fiestas de pueblo… eso para mí es la felicidad máxima.

TL: ¿Tu mayor conquista?
DM: Poder vivir de lo que soñaba cuando estudiaba en León y actuaba con 10 años en las fiestas de mi colegio imitando voces.

TL: ¿Recuerdas ese momento de absoluta felicidad?
DM: Jugar al baloncesto en los equipos que jugué en León desde los 8 a los 18 años. Esa etapa fue muy feliz.

TL: ¿Qué no le perdonarías nunca a un amigo o a alguien a quien quieres?
DM: Si le quieres o es tu amigo, siempre acabas perdonando. Unas cosas con más y otras con menos tiempo, pero se perdona.

«Me gustaría vivir siempre de mi pasión, que es mi profesión»

TL: Si fueras un producto. ¿Cuál sería tu slogan?
DM: “Fabricado 100% en León”.

TL: ¿Qué le preguntarías a tu yo de dentro de veinte años?
DM: “¿Sigues utilizando el mismo perfume que llevo usando los últimos 15 años?”

TL: Si te dijesen que eres inmortal y que ninguno de tus actos va a ser castigado. ¿Qué es lo primero que harías?
DM: Andar descalzo todo el día sin tener miedo a coger frío en los pies, que eso a mi madre le ponía muy nerviosa.

TL: ¿Un personaje histórico con el que te sentarías a cenar?
DM: Genarín. Personaje muy conocido en mi tierra, al que conmemoramos y celebramos los Jueves Santos. 

TL: Diez segundos para un deseo. ¿Qué pides? 
DM: Poder seguir viviendo hasta el último día de mi pasión, que es mi profesión.

TL: ¿Qué harías si un desconocido/a te besara en la calle?
DM: Mi madre dice que desde niño evitaba los besos de las señoras de mi pueblo que se acercaban a besarme.

«Tengo prisa para todo»

TL: ¿Qué canción odias pero, sin embargo, te sabes de memoria?
DM: Si me la sé de memoria, no la odio. Mi cerebro no tiene lugar para el odio musical.

TL: Si pudieras saber una sola cosa del futuro. ¿Cuál sería o qué preguntarías?
DM: ¿Volveré a ver un equipo de baloncesto de León en la elite?

TL: ¿Un día perfecto?
DM: Terraza con sol en mi pueblo y mis amigos de siempre alrededor de una mesa.

TL: ¿Cuál es ese tema del que te avergüenza saber tan poco?
DM: Inglés. Me gustaría hablarlo mucho mejor.

TL: ¿Tu mal chiste favorito?
DM: Soy Celiaca. Encantado, yo Antoniaco. (risas)

TL: ¿El lugar más loco en el que has terminado después de una noche de fiesta?
DM: Estábamos de fiesta en León y de repente uno dijo a las 2:30 la de: ¿A que no cogemos un taxi y acabamos la noche en Gijón?. Acabamos en Gijón la noche.

TL: Esa pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder…
DM: Te hago la pregunta y la respuesta. Dime sitios para visitar de tu provincia. Visita El Bierzo y su maravillosas Médulas. Echa un buen día en León visitando la catedral y su Barrio Húmedo. No dejes la ruta romana de Astorga. Termina paseando por Hospital de Órbigo y su maravilloso puente.