No sé si nos hemos perdido un gran filólogo inglés, pero sí tenemos la certeza de haber ganado un actor solvente. Dani Muriel llegó al reconocimiento mediático con “Escenas de matrimonio” y a partir de ese momento las propuestas profesionales no dejaron de llegarle. Casado con la también actriz Candela Serrat, representa ahora “La coartada” en los escenarios, donde una pregunta preside la historia. ¿Hasta dónde estarías dispuesto a mentir para no perder a tu hijo?
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Dani Muriel: La interpretación en realidad me da la vida. Supongo que es mi vocación absoluta así que cuando me subo a un escenario o llego a un plató me siento vivo y realizado.
TL: ¿Cómo se ve esa vida desde encima de un escenario?
Dani Muriel: Estar en un escenario es una mezcla de control, nervios y creación continua. Estás concentrado solo en eso. Lo que hace que sea una especie de terapia para ti mismo a la vez que estás haciendo que el público se concentre en la historia, en las emociones y de algún modo sea una experiencia también para ellos.
TL: ¿Un hijo lo justifica todo?
Dani Muriel: Hombre, todo todo… no debería ser justificado, pero es cierto que por un hijo se hace cualquier cosa.
TL: De no ser padre ¿habrías entendido de otra forma lo que plantea “La coartada”?
Dani Muriel: Sí. Ser padre te cambia la cabeza, la emoción, todo lo que tenga que ver con tu hijo o con el de los demás. Porque empatizas con el otro y lo vives como si te pasara a ti, ya sea bueno o malo. En el caso de la obra me hace entender mucho más a la protagonista y por lo que está pasando.
TL: ¿Un amigo es el mejor psicólogo?
Dani Muriel: Por supuesto. Son los primeros psicólogos, pero hay problemas que deben ser tratados por un especialista. Esa es la diferencia. Pero para el día a día, un amigo es lo mejor.
TL: ¿Lo mejor que se te da hacer?
DM: Mi oficio no se me da mal, creo yo.
TL: ¿Quién ha marcado realmente tu vida?
DM: Muchas personas han marcado mi vida. Pero si me tengo que quedar con una sería mi madre. Soy como soy gracias a ella.
TL: ¿Qué te pone de buen humor?
DM: El sol. Los amigos. Ir al cine. Cantar.
TL: Esa canción con la que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión.
DM: Muchas. Soy un bailongo. Desde los Beatles hasta el Kanka, pasando por Robbie Williams o un buen musical.
TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
DM: Creando historias. Hacía muchos cómics y escribía cuentos. Supongo que eso me llevó a la interpretación.
TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa.
DM: El David de Miguel Ángel, aunque creo que no cabría.
TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
DM: Digamos que no soy muy manitas. Me cuesta un poquito.
TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
DM: Absolutamente. Nos hace más fácil la vida. Pero piadosa ¿eh? La mentira en sí es horrible.
TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
DM: Mis amigos, y ahí incluyo a mi mujer que es mi mejor amiga.
TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
DM: Gracias. Ser agradecido sienta muy bien a todo el mundo.
TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
DM: Últimamente ¡un bigote! No estoy acostumbrado a verme con él.
TL: ¿Ese bien que más valoras?
DM: La tranquilidad y el trabajo, que en nuestro oficio a veces escasea. Tanto una cosa como la otra.
TL: ¿Qué llevas siempre en los bolsillos?
DM: Desde hace tiempo un gel desinfectante, ya sabes. Espero dejarlo pronto en casa.
TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
DM: Hay que ser equipo, trabajar en equipo y pensar como un equipo. Los individualismos no funcionan. Aunque a la vez es indispensable tiempo para cada uno en soledad (o con amigos).
TL: ¿Tu mayor decepción?
DM: Cuando ves a gente que no valora lo que tiene. Es muy triste.
TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
DM: A mi gente. Es una manera de estar cerca de los que te pillan más lejos.
TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesado?
DM: Me pone muy nervioso el caos o la falta de civismo. Por ejemplo, no es tan difícil poner el intermitente en el coche. La gente no lo entiende. Soy muy pesado con ese tipo de cosas.
TL: Una película en la que te gustaría quedarte a vivir.
DM: Supongo que sería en alguna de los 80, tipo Los Goonies. O en algún musical como Cantando bajo la lluvia.
TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable.
DM: La comida de mi madre. Su cocido, por ejemplo.
TL: Sé que han sido muchas pero, ¿hay pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
DM: Habría muchas más preguntas pero las que me has hecho no han estado nada mal. ¡Gran cuestionario!
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