Es una luchadora empedernida. Aunque la sombra de miss es infinitamente alargada, Inés Sainz consiguió sobrevivir con valentía y empeño a todas las piedras que la vida puso en su camino, que no fueron pocas. en esta frase “Con un canal de TV propio, el disparateTV, y los dos programas de radio en multicanalradio.com (Acho Sí y El Velo de Maya), la empresaria mira al futuro con la esperanza de seguir dando “mucha guerra”…
The Luxonomist: ¿En la vida todo tiene arreglo?
Inés Sáinz: Creo que sí. Bueno, ya sabes que se dice “todo tiene solución menos la muerte”. Todos tenemos problemas de todo tipo, laborales, económicos, familiares… Pero creo que los problemas se solucionan. Lo importante es la actitud. No es fácil ni agradable, pero yo, por ejemplo, me los tomo como aprendizaje.
TL: ¿Cuántas veces has tenido que volver a empezar?
Inés Sáinz: ¡¡Tantas que ni me acuerdo!! Lo de reinventarme forma parte de mi carácter y de mi vida profesional. Para los emprendedores y los freelancers es una filosofía de vida. Te tiene que gustar y acostumbrarte. No todo el mundo vale para ello.
TL: ¿La sombra de “Miss” es alargada?
Inés Sáinz: Infinita. No hay manera de quitarse el “San Benito”. Al principio intentaba luchar contra ello. Ahora ya me lo tomo de otra forma. Al final es una experiencia que forma parte de mi vida y de la que saqué cosas muy positivas. Pero la gente tiende a quedarse solo con eso y muchos incluso lo utilizan de forma peyorativa. Da igual que les explique que soy científica de datos, productora, escritora, relaciones públicas, empresaria; es decir multitarea… Realmente hay gente tan obtusa que piensa que la belleza está reñida con la inteligencia. ¡Es increíble! Pero a punto de cumplir medio siglo de vida, ya a esas cosas no les doy importancia.
TL: ¿Cuándo eres consciente de que tu camino es emprender y dejar aparcada la fama?
Inés Sáinz: Lo de la fama siempre lo tuve claro. Antes incluso de ganar el certamen, no me atraía nada. Después lo confirmé en primera persona. Sobre emprender nunca me lo había planteado como forma de vida, aunque soy hija de emprendedores. Nunca pensé que sería capaz, hasta que un día decidí dejarlo todo. Me tomé un tiempo para reflexionar sobre mi futuro profesional y justo Dom Pérignon y LVMH llamaron a mi puerta. A partir de ahí ya nunca pude volver a ser empleada por cuenta ajena. La libertad de decidir qué haces con tu tiempo y los proyectos en los que te involucras es algo que no se paga con dinero.
TL: ¿Te ha beneficiado o perjudicado tu perfil mediático para los proyectos empresariales?
IS: No creo que me haya perjudicado pero al principio de mi vida profesional como autónoma, tampoco beneficiado. Ahora que tengo un canal de televisión propio y que acabo de estrenar un programa de radio en multicanalradio.com claramente es una ventaja.
TL: ¿Las mujeres seguimos teniendo que demostrar el doble para ser reconocidas?
IS: Pues la verdad que tampoco lo creo. Para mí eso está superado hace tiempo. Esa palabra que está tan de moda, “empoderarse”, realmente no la veo ni necesaria. Las mujeres somos poderosas simplemente por el hecho de ser mujeres. Solo tienes que buscar en tu interior y sacar lo mejor de ti. También ayuda mucho no tener complejos ni sentirte inferior o superior a nadie.
TL: ¿Dónde está el límite de Inés?
IS: Profesionalmente creo que no tengo. Cualquier cosa que esté relacionada con la comunicación, la información, la creatividad o la producción me rechifla. Me veo siendo una abuelita muy activa, si Dios quiere. Me gusta retarme a mí misma y ver hasta dónde puedo llegar. Soy cero competitiva con los demás, pero muy exigente conmigo misma.
TL: ¿Eres de cocinar la vida a fuego lento?
IS: Absolutamente. Me gustan las carreras de fondo y los objetivos a largo plazo. Y me gusta cumplir mis sueños. En este aspecto me siento muy afortunada porque cada meta y cada sueño que me he propuesto, lo he podido alcanzar.
TL: ¿Lo mejor siempre está por llegar?
IS: Creo que sí. La vida es un viaje apasionante.
TL: ¿A qué momento de tu pasado regresarías?
IS: A los primeros años de mi hijo. Tuve la suerte de poder criarlo a mi lado hasta que llegó el momento de que empezara el colegio. Era maravilloso verle crecer sano como una manzana y vivir sus aprendizajes. Cuando empezó a andar, a comer solo, a hablar. ¡Sobre todo a hablar! ¡No se callaba nunca! Era un auténtico loro y lo sigue siendo. Me moría de risa con él.
TL: ¿Tu mayor conquista?
IS: Todavía está por llegar. Será cuando Mateo vuele solo y pueda ver que es un hombre hecho y derecho, e independiente que ya decide por sí mismo.
TL: ¿Recuerdas ese momento de absoluta felicidad?
IS: Claro. El nueve de mayo de 2012. El día que nació mi hijo.
TL: ¿Qué no le perdonarías nunca a un amigo o a alguien a quien quieres?
IS: La traición.
TL: ¿Si fueras un producto, cuál sería tu slogan?
IS: Siempre recuerdo una campaña de turismo que se hizo en mi tierra, el País Vasco. Decía “Ven y cuéntalo”. Me siento muy identificada. Es algo como “no opines de mí sin conocerme personalmente”.
TL: ¿Qué le preguntarías a tu yo de dentro de veinte años?
IS: ¿En qué me equivoqué?
TL: ¿Un personaje histórico con el que te sentarías a cenar?
IS: ¡Uf! ¡Qué difícil! ¡Con lo que me gusta la historia! Desde Don Pelayo, Cleopatra, Platón, algún malo malísimo como Joseph Goebbels, Elvis… ¡iba a ser una cena muy divertida! ¿te imaginas?
TL: Diez segundos para un deseo. ¿Qué pides?
IS: Conocer a mis nietos.
TL: ¿Un día perfecto?
IS: Peli, manta y sofá con mi hijo y mi chico o mis visitas a Bilbao para ver a mi familia y amigos. Una comida casera en familia… Cualquier plan en el que estén mi familia y mis amigos a mi lado, es perfecto.
TL: ¿Cuál es ese tema del que te avergüenza saber tan poco?
IS: Me encantaría hablar otro idioma además del inglés.
TL: ¿Tu mal chiste favorito?
IS: Soy malísima para los chistes, tanto para contarlos como para recordarlos.
TL: ¿Tu mito sexual cuando eras niña?
IS: No soy nada mitómana, pero en mi adolescencia recuerdo haber forrado la carpeta del cole con una foto de Kevin Costner y otra de Mel Gibson.
TL: ¿El lugar más loco en el que has terminado después de una noche de fiesta?
IS: ¿Fiesta? Ya no recuerdo ni lo que es eso. Siempre fui muy responsable y me volvía a mi casa tan tranquila. Es verdad que era “muy fiestera” y bailonga pero jamás pisé un after ni hice ninguna locura.
TL: ¿El objeto más extraño que conservas?
IS: Una corona de Miss España.
TL: Es pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder.
IS: “¿Eres feliz? Sí.
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