JAVIER DE MIGUEL: “El hecho de decir adiós, ya es elegante”

Amalia Enríquez. 17/01/2020

La moda le posicionó en el panorama mediático, pero nunca fue un modelo al uso. Listo, avispado, divertido, irónico y con un físico que parece diseñado por ordenador. Desde el momento en el que Gucci puso sus ojos en él, Javier de Miguel supo que su físico iba a ser rentable. No entiende la vida sin música, por eso su actividad como Dj ocupa un lugar importante en ese día a día en el que se ha convertido en un influencer de referencia…

The Luxonomist: ¿Qué te dio la moda que no encontraste en ninguna otra actividad de la vida?
Javier de Miguel: Mi trabajo, una oportunidad única para viajar por el mundo y la posibilidad de ser mi propio jefe sin tener que arriesgar demasiado.

TL: ¿Cuándo te das cuenta de que hay vida más allá de la pasarela?
JdM: A nivel profesional, cuando empiezo a descubrir que el mundo de las RRSS se puede convertir en un trabajo real. A nivel personal, desde el principio lo tuve claro.

TL: ¿El mundo influencer es adictivo?
JdM: Si no adictivo, desde luego es apasionante. Cambia todo rápido, la interacción es literalmente al segundo y, a diferencia de la moda, aquí llegas a todo tipo de público y de marcas.

TL: ¿Qué música pones a tu estado de vida actual?
JdM: Alegre: que me levante el espíritu y me haga menear el pie. La música siempre con ritmo, de todos los estilos y que dé buen rollo. Mi vida suena a 70´s, a Pop, a Rock; suena a música House, a Indie de los dos mil y a bandas sonoras de pelis.

TL: ¿Se puede ser imparcial cuando los sentimientos entran en juego?
JdM: En general, todo lo que no sean matemáticas y ciencias, difícilmente es del todo imparcial… Pero sí, creo que se puede tener una relativa neutralidad en casi todos los ámbitos de la vida. Sentimientos incluidos.

TL: ¿La forma más elegante de decir adiós?
JdM: Con un beso, un apretón de manos o una palmada en la espalda. Hay “adioses” que duelen, “adioses” que alivian y “adioses” que alegran. En cualquier caso, el propio hecho de dignarse a decir adiós, ya es elegante.

«Me gusta hacer el amor a mi manera»

TL: ¿En qué situación has dicho “chapeau”, me quito el sombrero?
JdM: Cuando terminé de ver anoche “1917”, un peliculón de quitarse el sombrero. O cuando pruebo un plato rico. O cuando alguien da una respuesta ingeniosa (risas).

TL: ¿Qué te gusta hacer a tu manera?
JdM: El amor.

TL: ¿Qué es lo que mejor se te da hacer?
JdM: Responder preguntas cortas.

TL: Si pudieras ser otra persona o cosa… ¿por qué /quién optarías?
JdM: Estaría bien ser un cojín bien mullidito. O un smartphone que lo sabe todo. O un genio (en cualquier disciplina; pero solo un ratito).

TL: ¿Qué ha sido lo que realmente ha marcado tu vida?
JdM: Mi profesión y mis dos parejas. Y mis amigos. Y haber estado de pequeño en una escolanía. Y haber sido monitor de campamento. Y mis padres y mis hermanos… ¿Puedo seguir?

TL: ¿Qué pone en tu estado de WhatsApp?
JdM: Uy, no lo cambio desde que el mundo es mundo.

«En mi maleta nunca falta algo dulce para el viaje»

TL: ¿A quién meterías en una máquina del tiempo?
JdM: A mí primero y me doy unos paseos por los últimos cinco siglos.

TL: ¿A qué eres inmune?
JdM: A curanderos, espiritistas, chamanes, charlatanes y vendehumos.

TL: ¿El insulto hace callo?
JdM: A mí aún no, que por suerte he recibido pocos.

TL: ¿Marca España es…?
JdM: Pues no te diré que la mejor marca porque eso me parece un poco paleto y de conocer poco mundo, pero marca España desde luego es una marca maravillosa. Aquí hacemos muchas cosas y, muchas de ellas, las hacemos del copón.

TL: ¿Qué no falta nunca en tu maleta?
JdM: Cargadores, calzoncillos, camisetas, neceser, el iPad y algo dulce para el viaje.

TL: ¿La suerte es más definitoria que el talento?
JdM: En mi trabajo creo que sí, o al menos se reparten al 50% -sobre todo al principio-, pero que le pregunten a un cirujano que lleva 10 años preparándose y formándose para operar trasplantes de corazón si ha tenido mucha suerte para llegar ahí…

TL: ¿A qué te suena la vida?
JdM: Me suena a risas hasta llorar, a tararear canciones, a lamentos, a quejidos y a dolor; me suena a gemidos de placer, a sábanas que se frotan con el cuerpo, a duchas de dos y a Rivers of Babylon.

«La belleza te ayuda a conseguir según qué cosas»

TL: ¿La belleza da poder?
JdM: El poder te lo dan los contactos, tu formación, tu habilidad para moverte por el mundo (y manipular a las personas) y la ambición. Pero sí, la belleza te ayuda a según qué cosas.

TL: ¿El dolor más intenso?
JdM: Cuando alguien se va. Se te va. Cuando te dicen adiós sin estar preparado para oírlo.

TL: ¿Ser elegante es…?
JdM: La seguridad en ti mismo, el porte, la templanza; la cabeza bien alta, la mirada cómplice y un caminar firme y templado. Y Beckham. Menudo tío elegante, el Beckham.

TL: ¿Qué te hace perder la templanza?
JdM: La gente con mala leche, con mal carácter. Y los que pitan todo el rato en el coche. También la gente intolerante y los que van por la vida sentando cátedra. Y que el guacamole sea de bote: eso me hace perder todo.

TL: ¿Con quién compartirías la cena de tus sueños?
JdM: Ya la tuve. Y sentados en mi mesa estuvieron las veinte personas a las que más quiero en el mundo.

TL: ¿Esa crítica que, por ser verdad, más te ha dolido?
JdM: Es que los modelos sois un poquito tontos. (guiño guiño)

TL: ¿La pregunta que no te he hecho y te habría gustado?
JdM: Cuánto dinero tienes en el banco. (risas)

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