Manolo Solo: «Siento que estoy de moda pero estoy preparado para cambiar de estatus»
Está viviendo un momento dulce, por el que ha luchado con ahínco y sin desmayo. Manolo Solo es pieza importante en la historia de “La fortuna” y no hay que perderle vista en “El gran patrón”, la película seleccionada para representarnos en los Oscar. A la espera de pasar el siguiente corte, Manolo sigue trabajando sin parar porque “yo me siento como un poco “de moda” ahora, pero intento prepararme para cambiar de estatus en cualquier momento”. Los pies en el suelo…
The Luxonomist: ¿Qué te da la interpretación que no encuentras en otra actividad de la vida?
Manolo Solo: Ganarme el sustento jugando como cuando era niño. Más o menos.
TL: Suena el teléfono, es Amenábar y… ¿lo dejas todo?
Manolo Solo: Amenábar es un cineasta de valía contrastada y sus proyectos se manejan en un nivel de calidad realmente alto. Menos mal que no tuve que verme en la tesitura de “dejarlo todo” porque el personaje estaba concentrado en pocas sesiones y pude compatibilizarlo con otro proyecto en el que ya estaba comprometido. Pero me volqué en la propuesta con tremenda ilusión y todo mi esfuerzo porque tanto personaje como proyecto (y, por supuesto, director) merecían toda la pena y más.
“Me he partido el lomo para llegar a donde estoy”
TL: ¡Bendita locura la de tu personaje! Como quien no quiere la cosa, él tiene la llave de todo.
Manolo Solo: Horacio es un aficionado/obseso de la historia naval española y ha registrado los movimientos del “barco pirata” por la zona marítima campogibraltareña. Él lo tiene claro, pero su metodología de investigación y su afición por los psicotrópicos no ayudan a presentarle como una fuente fiable. Un bombón y un reto para un actor. Tiene una llave, sí, pero un poco mellada.
TL: ¿Qué te hace diferente para ser un imprescindible en nuestro cine actual?
Manolo Solo: No creo que sea imprescindible, ni soy consciente de lo que me pueda o no diferenciar del resto de compañeros -que los hay iguales o mejores que yo a puñados-. Lo que también te digo es que me he partido el lomo para llegar a donde estoy.
TL: ¿Sientes que crítica y público te han posicionado en el reconocimiento?
MS: A todo el mundo le gusta gustar. Yo me siento como un poco “de moda” en este momento, pero intento prepararme para cambiar de estatus en cualquier momento. En cuanto al público… a veces alguien me para por la calle para decirme que le gusta mi trabajo. Eso es bonito y lo disfruto. De la crítica… a mí me gusta gustar a todos, pero… yo de los árbitros no opino.
TL: ¿Nos hemos perdido a una gran estrella de rock?
MS: En absoluto. A un músico bastante mediocre, pero que percibe la música como una de las cosas más maravillosas de la vida. Pero tengo una banda “Los Also Starring” que suena muy bien, a pesar de estar yo en ella.
“Mi personaje en “La fortuna” es un bombón y un reto”
TL: ¿Lo mejor que se te da hacer?
MS: Adaptarme a lo que se espera de mí. O al menos aparentar que lo hago.
TL: ¿Quién ha marcado realmente tu vida?
MS: Mi padre, con su ausencia; y mi madre, con su presencia.
TL: ¿Qué te pone de buen humor?
MS: El humor bueno. La gente con sentido del humor.
TL: Esa canción con la que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión.
MS: Decenas, cientos, miles de canciones. Hay más canciones buenas que buenas personas (risas)… No, en serio, miles. Por decir una… ‘Secret love’, originalmente una canción muy ñoña de Doris Day, que Billy Stewart lleva a otra dimensión con su versión.
TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
MS: Leyendo en voz alta para toda la clase. Me venía arriba.
TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa.
MS: El original de una página de un Tintín o de una portada de disco de Veneno o los Clash.
«Leyendo en voz alta en el colegio me venía arriba»
TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
MS: La capacidad de comprender cómo funciona la economía mundial.
TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
MS: Y a destiempo. Y en entretiempo.
TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
MS: Alguien que me descuadre y me haga reír.
TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
MS: Perdona.
TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
MS: A alguien a quien, aun sabiendo que quiero, me cuesta aceptar del todo.
TL: ¿Ese bien que más valoras?
MS: La justicia, la honradez, la generosidad.
«Frente al espejo me cuesta acertarme del todo»
TL: ¿Qué llevas siempre en los bolsillos?
MS: Una púa (de tocar el bajo).
TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
MS: La verdad por delante, aunque sea con un poquito de retardo, siempre mejor.
TL: ¿Tu mayor decepción?
MS: Tres. No haber aprendido a tocar el piano, las veces que no me han escogido para un proyecto que anhelaba con fervor, y la eterna desunión de la izquierda en este país.
TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
MS: El Mundo Today no da puntada sin hilo, por ejemplo.
TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesado?
MS: Puedo ser y soy impaciente, prejuicioso, vehemente, susceptible y cosas peores, pero ponerme pesado… no sé yo.
TL: Una película en la que te gustaría quedarte a vivir.
MS: ¡Uy, qué claustrofobia! Pero bueno… La Rosa Púrpura del Cairo, para poder entrar y salir.
«Mi banda suena bien, a pesar de estar yo en ella»
TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable.
MS: Barbacoa nocturna improvisada en la playa de chaval. De veraneo en Algeciras, compartiendo con colegas y allegados tropecientas caballas recién pescadas en la bahía con unos amigos un rato antes. Fue la primera y única vez que he pescado en mi vida. Caballa fresca, pan, aceite y sal.
TL: La pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder.
MS: ¿Qué tal has escapado de la pandemia? Alguna abolladura, pero nada serio. Continuamos viaje.
