Patricia López Arnáiz: «Me gusta sentirme anónima, seguir con mi vida, mi rutina y mi gente»

Es uno de los nombres de moda tras ganar hace apenas una semana el Premio Forqué a la Mejor Actriz Protagonista por su papel en ‘Ane’. El personaje de Lide le está dando a Patricia López Arnáiz las mejores noticias posibles. Entre ellas, la de medirse el próximo 6 de marzo con actrices consagradas como Candela Peña o Kiti Mánver por el Premio Goya la Mejor Actriz Protagonista.

La vitoriana atraviesa un momento laboral especialmente fértil, con la guinda de un gran reconocimiento por parte de crítica y público, que valora sin dejar de trabajar. «Estoy feliz. Muy agradecida por todo lo que me está pasando. El Forqué, la nominación a los Goya, estar grabando La última Cima, Feria (Netflix)… La felicidad son instantes. No me gusta adelantarme a los acontecimientos. Es mejor que lleguen, porque la vida cambia continuamente, es muy susceptible. Ahora estoy en el  camino de la buena suerte y sí, me siento feliz», nos cuenta.

Este año la ceremonia de los Goya será diferente debido a la pandemia. No será una gala multitudinaria, sino que solo asistirán los nominados a recoger premios. «Vamos a ir en equipo, eso es lo mejor. Con todo esto del Covid sería muy raro estar sola en una situación así. Es una suerte tener cinco nominaciones, incluida la de Mejor Película. Nuestra celebración será estar allí juntos, compartiendo el éxito de Ane. Es un proyecto muy especial, se hizo con muy pocos recursos y todo el reconocimiento que se lleve es real y merecido».

«Soy más diplomática y amable que Lide, pero igualmente me encanta su poder»

De sus comienzos como rostro «conocido» del cine y la televisión de nuestro país han pasado solo tres años. Con su participación en ‘El guardián invisible’ en 2017 todo «se engrasó», como ella explica, y por fin pudo poner en marcha todo lo aprendido en la escuela de interpretación donde se formó años atrás.

Después vinieron ‘La Peste’ (Movistar), ‘La Otra Mirada’ (TVE) por la que ganó un Ondas… y el salto al cine con mayúsculas. Porque Patricia López Arnáiz ha trabajado de la mano de grandes como Julio Médem (El árbol de la sangre) o Alejandro Amenábar (Mientras dure la guerra) entre otros. «Impacta mucho el momento en el que te dicen que vas a formar parte de un equipo con nombres propios de tanta altura. Luego llegas, te pones a currar y ves que lo que marca la diferencia es que son gente que trabaja realmente bien. Tenerlos cerca a nivel laboral es disfrutar al máximo de lo que haces. Es lo contrario de remar a contracorriente».

Una ventaja que, unida a su talento y frescura frente a la cámara, le ha llevado a bordar papeles femeninos muy potentes aunque muy distintos entre sí. «Me reconozco en todos mis personajes. Son registros muy diferentes, pero quizás Teresa de ‘La Otra Mirada’ tenga más de mí. En épocas pasadas he tenido más de Teresa de ‘La Peste’, por relacionarme de una manera más controlada, menos eufórica… Y Lide de ‘Ane’ es genial porque es lo políticamente incorrecto. Yo soy más diplomática, más amable que ella, pero igualmente me encanta su poder de decir lo que se le pasa por la cabeza sin importarle cómo le vean los demás».

«No necesito las redes sociales. Me quitarían tiempo y anonimato»

Madura, sensata y elocuente, en este sentido es plenamente consciente de la exposición pública que tiene su trabajo. De hecho, reconoce que «a los 20 años tenía más miedo que ahora a la popularidad». Ahora es plenamente consciente de su alcance y del significado de su presencia pública. Quizás por eso no piensa en iniciarse en el mundo de las redes sociales: «Reflexioné acerca de tener redes sociales pero la decisión fue fácil. Hoy por hoy no siento que las tenga que tener. Entiendo que son parte de la vida pero a mí no me interesan. Me quitarían tiempo y cierto anonimato que todavía tengo y que me gusta. Mi vida hasta ahora tenía más que ver con quitar lo que sobra y las redes para mí serían poner más«.

Y es que a pesar del reconocimiento del público y de enlazar un proyecto con otro, Patricia López Arnáiz está muy lejos de que la vanidad le haga perder el sentido. «A veces no llego a entender la magnitud de todo lo que me está pasando. Pero tampoco me inquieta. Porque me gusta sentirme anónima, seguir con mi vida, mi rutina y mi gente».