Al margen de la pasión por el periodismo, nos une ser gallegos y, sobre todo, el plus de calidad de ser pontevedreses. Es un comunicador todo terreno. Con un curriculum brillante, que despierta envidia de la “mala”, Rafa Latorre se convierte, desde el próximo 29 de agosto, en el conductor de “La Brújula” en Onda Cero. Su voz y su firma están presenteS en diferentes medios. Y me ha puesto deberes con respecto a uno de ellos. Cometí el fallo imperdonable de no preguntarle: “¿Por qué tu columna en El Mundo se titula Correr la milla?”. Si hay próxima vez, empezaré por ahí…
The Luxonomist: ¿Qué te da el periodismo que no encuentras en otra actividad de la vida?
Rafa Latorre: Por de pronto, un sustento, que no es cosa menor. Esto sería sin duda lo principal pero, además, he tenido la suerte de viajar y conocer a seres tan interesantes como inverosímiles.
TL: ¿Cuándo te das cuenta de que la información política activa tu adrenalina?
Rafa Latorre: La experiencia política más intensa que he vivido fue la primera campaña presidencial de Obama y, sobre todo, su culminación: la noche de la victoria en el Grant Park de Chicago en 2008.
TL: ¿En qué momento detectas que en ti hay un buen periodista?
Rafa Latorre: Creo que estoy todavía en proceso de detección. Un viejo reportero de la COPE solía lamentar que un periodista sólo vale lo que vale su última crónica. Al menos es una condena revisable, porque la siguiente crónica te ofrece la posibilidad de una redención.
TL: ¿Preparado para las consecuencias de la visibilidad mediática?
RL: La radio ofrece algunas ventajas. Suele decirse de alguien muy feo que tiene físico de radio. Pues eso: que la visibilidad de la radio es limitada.
TL: Eso del entrevistador entrevistado ¿es un buen lugar?
RL: No, el buen entrevistador tiene un punto cruel.
TL: ¿Visualizas tu primer: “Buenas noches, comienza….”?
RL: Creo que sí y no será así. De hecho, creo que ni siquiera seré yo el primero en hablar.
TL: ¿Qué es aquello que se te da mejor hacer?
RL: Los hombres somos bastante ridículos y solemos enorgullecernos precisamente de lo que no hacemos tan bien como nos gustaría. Yo te diría que cocino de maravilla, así que sospecho que te estoy mintiendo, con el atenuante de que antes me he mentido a mí mismo.
TL: ¿Quién o qué ha marcado realmente tu vida?
RL: Mi familia. Cada uno de sus integrantes a su manera pero, de alguna forma, todos, que son pocos.
TL: ¿Qué te pone de buen humor?
RL: Un arroz con bogavante y una botella de ribeiro cerca de una playa.
TL: Esa canción con la que, cuando la escuchas, se te mueven los pies sin remisión.
RL: New Noise de Refused.
TL: ¿En qué eras brillante en el colegio?
RL: En procrastinar.
TL: Esa obra de arte que te gustaría tener expuesta en casa.
RL: Por razones más musicales que pictóricas, La isla de los muertos de Arnold Böckling.
TL: ¿Un talento que se te resiste por mucho que lo intentes?
RL: Madrugar. Y lo intento.
TL: ¿Eres de una mentira piadosa a tiempo?
RL: Sí, sólo un auténtico cabrón es sincero a jornada completa.
TL: ¿Cuál es la compañía perfecta para irte de fiesta?
RL: Ya prefiero irme de cena. Así están las cosas.
TL: ¿Esa palabra que nunca regateas y más usas?
RL: Nunca escatimo los agradecimientos.
TL: ¿Qué ves cuando te miras al espejo?
RL: A un ex joven.
TL: ¿Ese bien que más valoras?
RL: El humor.
TL: ¿Algo imprescindible en tus bolsillos?
RL: Unos auriculares.
TL: ¿La enseñanza que nos deja vivir en pareja?
RL: Que cualquier triunfo verdadero requiere de perseverancia.
TL: ¿Tu mayor decepción?
RL: Este es uno de esos momentos que requiere una mentira piadosa.
TL: ¿A quién sigues con interés en las redes sociales?
RL: Me suele ocurrir lo contrario, que gente verdaderamente interesante y afable me resulta aborrecible en las redes sociales.
TL: ¿Hay alguna situación en la vida en la que, por algo, te pones pesado?
RL: De pequeño veía en bucle Robin Hood, la de Disney. Todavía me gusta ver cosas y escuchar cosas en bucle.
TL: Una película en la que te gustaría quedarte a vivir.
RL: Me gustaría embarcarme en el buque de guerra de Master & Commander.
TL: Esa experiencia gastronómica inolvidable.
RL: Una ruta que hice con mis amigos por las mejores brasas del norte: Etxebarri, Güeyu, El Capricho, con una parada en Landa para comer unos huevos con morcilla.
TL: Sé que han sido muchas pero, ¿hay una pregunta que no te he hecho y te habría gustado responder?
RL: Sí, ¿por qué tu columna en El Mundo se titula Correr la milla?
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