Viviana Laguzzi: “Cada uno de mis vestidos está esperando para ser bailado”

El compositor musical Enrique Santos Discépolo definió el tango como “un pensamiento triste que se baila”. Triste porque el tango refleja el paso del tiempo, la nostalgia, la amistad, el amor… Unas emociones que es capaz de transmitir gracias a la melodía de las canciones, a las letras que acompañan ese melancólico sonido y los elegantes movimientos que sus bailarines realizan al ritmo de la música. Unos sentimientos que Viviana Laguzzi ha vivido y transmitido durante su carrera como bailarina de tango y que ahora como diseñadora busca plasmar en su ropa.

Viviana Laguzzi es una de las bailarinas de tango más reconocidas e importantes del mundo. Aunque comenzó su carrera en el ballet clásico y contemporáneo, el tango irrumpiría pronto en su vida para enamorarla por completo. “Eran tiempos en los que no había audiciones para compañías de ballet o contemporáneo. Me avisaron de una audición para trabajar en una casa muy famosa de tango y me dije: ¿Por qué no? soy bailarina…”.

Junto a su pareja de baile, Juan Corvalán, recorrió Latinoamérica y Europa con la compañía El Tango

Fue con el conocido tango Celos con el que Viviana unió su vida para siempre a este género musical de origen argentino. Sus movimientos estilizados y elegantes, resultado de su formación de danza clásica, enamoraron a los encargados del casting que no dudaron en contar con ella en su compañía.

En 1989 comenzó su carrera como bailarina profesional de tango junto a su pareja de baile, Juan Corvalán, en ‘El Tango’, la compañía de Mariano Mores. Durante 10 años ambos realizaron giras por toda Latinoamérica y Europa, participando incluso en diferentes programas de televisión en Argentina.

Bailó en los teatros más importantes del mundo

En 1992 participó en la Exposición Universal de Sevilla junto a Liberad Lamarque para representar a Argentina y al tango, una de las señas de identidad del país latinoamericano. Pero uno de los momentos más importantes de su carrera llegaría en 1998, cuando ella y Juan fueron contratados como coreógrafos de la Compañía de Ballet de Salzburgo para realizar ‘Un tango de amor’.

El tango fue y sigue siendo, por tanto, muy importante en la vida de Viviana. “Me abrió las puertas de los teatros mas importantes del mundo. Cuando era muy pequeña soñaba con bailar en el teatro del Kremlin en Rusia. Ver los aplausos de grandes bailarines fue un sueño cumplido. El tango me llenó de  felicidad y me hizo crecer muchísimo”.

Viviana Laguzzi confeccionaba junto a su abuela el vestuario de sus actuaciones

Ahora Viviana vive el mundo del baile de una manera diferente, es jurado en certámenes y competiciones de baile en todo el mundo y plasma su pasión por el tango en su colección de ropa Mimi Pinzón y zapatos Madreselva. “Un día en París pensé que la moda era algo que también me encantaba. Siempre a mis colegas y amigos les encantaban los vestidos que usaba en las actuaciones”.

Viviana no solo destacaba en las pistas de baile por sus movimientos, sino por los espectaculares trajes que solía vestir. “Yo había tenido la suerte de aprenderlo todo de mi abuela, me enseñó a coser desde muy pequeña y me ayudaba a hacerme cada uno de los vestuarios de mi carrera”. Por ello, ha decidido apostar por la moda y abrir una tienda dedicada al mundo del tango, una boutique donde los bailarines profesionales puedan encontrar aquello que necesitaban. “En París, en una noche escuché el tango ‘Mimi Pinson’ y ahí dije: “Ese va a ser el nombre de mi boutique de ropa para el tango”.

Busca que cada bailarina sienta que el vestido ha sido hecho para ella

Mimi Pinzón es una línea de ropa que enfatiza las curvas de la mujer, que busca la sensualidad y la elegancia. Cada uno de sus vestidos son elaborados a mano, buscando el detalle y el sello personal, con el objetivo de que cada bailarina sienta que el vestido fue hecho para ella. “Yo siempre digo que cada vestido está esperando para ser bailado por su dueña, que tarde o temprano llegará a buscarlo”.

Para diseñar su ropa, Viviana se inspira en la moda actual. Diseña ropa de baile adaptada a las tendencias que ve en las pasarelas de las grandes capitales de la moda. “Viajo mucho a Nueva York y a Roma para ver lo último de la moda, arte, espectáculos. Hay ciudades que amo como Barcelona, París… Me traen muchísimos recuerdos. Me encanta perderme por sus callecitas, y esa energía me da la inspiración…”.

En 2020 Viviana abrirá la primera tienda Mimi Pinzón en el Soho de Nueva York

Los bailarines más importantes del momento como Estefy Gómez, Fernando Rodríguez, Gisela Galeasi, Mora Godoy o Camila Allegre entre otros, usan los vestidos de Mimi Pinzón en sus representaciones. Además, Mimi Pinzón y Madreselva son sponsors oficiales del Campeonato de Tango del Mundo.

En 2020 Viviana abrirá su primera tienda de moda en el SoHo de Nueva York, donde todo el mundo podrá ver de cerca los espectaculares vestidos de Mimi Pinzón y los cómodos zapatos de baile de Madreselva. Porque los vestidos que diseña Viviana no están destinados únicamente a bailarinas, “no tienes que bailar para elegir uno de mis diseños, tan solo con usar uno de los vestidos te sientes más femenina, sensual y con un toque chic tanguero que seguro va a destacarte”.

Aunque Viviana adora el baile, ahora la moda es lo primero

Ahora Viviana vive el mundo del baile de una forma diferente, está centrada en la moda, pero nunca ha renunciado a su pasión. “Siento que son dos etapas diferentes de mi vida. Bailar fue mi pasión desde que tengo memoria, empecé a los cuatro años. Cuando suenan los acordes de ‘La cumparsita’, el tango que más hemos bailado como solistas, me sigue latiendo muy rápido el corazón.

El diseño y la costura fue algo que me enseñó mi abuela, también desde muy pequeña. Con ella aprendí todos los primeros pasos y su pasión. En realidad, el baile y la moda siempre fueron de la mano, solo que cambiaron de lugar, antes bailar era prioritario y hoy lo es el diseño. Me siento muy afortunada de haber podido siempre elegir hacer lo que me apasionaba y eso es algo que solo tienen unos pocos”.