Harvey Weinstein (69) fue extraditado ayer martes a California para enfrentarse a nuevos cargos por agresión sexual allí, según declararon los funcionarios de la prisión de Nueva York. El depredador sexual fue conducido por la mañana desde el Centro Correccional Wende en el condado de Erie, donde estaba cumpliendo una sentencia de 23 años por violación y agresión sexual tras ser condenado en Manhattan en febrero de 2020.
Weinstein, con camisa blanca y pantalones caqui, necesitó una silla de ruedas para salir de la prisión. Fue aproximadamente a las 9,25 de la mañana, cuando se le entregó a los funcionarios para su traslado a California, según una orden judicial. Así lo dijo un portavoz del Departamento de Correcciones y Supervisión Comunitaria de Nueva York.
El defenestrado magnate del cine se enfrenta a once cargos por violación, agresión sexual y otros cargos que involucran a cinco mujeres en Los Ángeles; por los que podrían añadir de otros 140 años a cadena perpetua.
Norman Effman, uno de los abogados de Weinstein, declaró ayer que las autoridades de Los Ángeles aún tienen que procesar a su cliente y probablemente procederán la acusación en su contra. Según un acuerdo interestatal, los fiscales de Los Ángeles tienen 120 días después de la llegada de Weinstein para comenzar los procedimientos judiciales. Por eso, en principio no habrá juicio hasta dentro de cuatro a seis meses.
A pesar de todo, Effman intentó argumentar con un juez del condado de Erie el mes pasado que su cliente no debería ser extraditado. El motivo que alegaba era que el ex magnate tiene múltiples problemas médicos que no podrían recibir la atención adecuada si estuviera encarcelado en Los Ángeles. Los fiscales denegaron con vehemencia la petición, y finalmente el juez rechazó el intento de bloquear la extradición de Weinstein.
Pero Effman insistió el martes en que hay una gran diferencia entre una cárcel y una prisión, y señaló que las prisiones son para reclusos a largo plazo, mientras que las cárceles son para estancias más breves, lo que afecta la calidad de la atención médica que reciben sus respectivos reclusos.
Dijo que Harvey Weinstein, que sufre de ciertos desarreglos como diabetes y problemas cardíacos y oculares, no debía ir a ninguna parte, lo que significa que su cliente habría estado seguro esperando en el centro de Wende hasta el juicio en Los Ángeles. Entre otras cosas, añadió Effman, «porque no necesita estar en Los Ángeles hasta que elijan un jurado».
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