Este domingo era el día del movimiento #MeToo en Hollywood. Un movimiento que nació hace décadas y que ahora cobra una inusual fuerza. Las impulsoras son mujeres valientes que han tenido las narices de contar su historia. Y mujeres famosas, que contando su historia ayudan a aquellas que sufren vejaciones, violaciones y desigualdad en silencio. Unas mujeres que ahora tienen un nuevo eslógan: «Inclusion Riders». Eso es lo que admiro de Estados Unidos y su gente. Son diferentes a nosotros, los europeos, que nos sumamos al carro de lo «genérico» porque no hay ovarios para contar historias personales. Por eso ellas son las estrellas del mundo. Porque son valientes.
Frances McDormand el domingo dio una lección de empoderamiento de la mujer sin hablar de patriarcado, abusos, desigualdades… Tuvo un gesto y dos palabras. Sorprendente. Con un gesto y dos palabras, todas las mujeres y hombres del mundo se dieron cuenta de que esto no es una batalla de sexos, es una batalla por la justicia. Y me explico.
Hoy que un montón de mujeres creen que son más y mejores por no trabajar, y otro batallón creen que son más y mejores por trabajar. Creo que lo más inteligente sería defender «Inclusion Riders». La verdadera inclusión social, en la que todos -hombres, mujeres- independientemente de color, religión o sexo tienen las mismas oportunidades. Hace años que en Estados Unidos no se habla de integración, que es una especie de cajón desastre a bajo precio, para que las autoridades y los políticos mezclen a las personas sin pensar en sus derechos. La integración es el low cost de esta postmodernidad en la que, con estar todos juntos, el resto es accesorio.
Pero Frances, además de una actriz sensacional, no repite eslóganes políticos. Y es activista de muchas causas. Busca el impacto con sentido común. Y lo hace. En el gesto pide a Meryl Streep que lidere a las mujeres -como durante décadas-para que se les de visibilidad levantándose de su asiento.
Y segundos después Frances no habla de las mujeres, sólo transmite dos palabras: «Inclusion Riders». Que significa que todos, hombres y mujeres, formen parte de un mismo proyecto (en este caso películas) en el que todos y todas tengan iguales oportunidades. La inclusión es eso. Pero claro, cuesta mucho dinero. Siempre es mas fácil hablar de integración y mentir a la sociedad con algo que no existe. Bravo por las mujeres. Bravo por los hombres y bravo por Frances y la inclusión.
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