Kanye West o Ye, como quiere que se le llame desde hace un tiempo, tendrá que sentarse un buen rato con su equipo de asesores financieros para ver como es capaz de gestionar el roto económico que su mala cabeza ha generado en sus propias finanzas. Se avecina además lucha legal en los tribunales.
Eso si West consigue un nuevo equipo de abogados. Porque Camille Vasquez, la que fuera letrada de Johnny Depp en el caso contra Amber Heard, también abandona el barco. Lo mismo que adidas, que ha roto unilateralmente el contrato con Ye por sus comentarios ofensivos y antisemitas.
“Adidas no tolera el antisemitismo ni ningún otro tipo de discurso de odio”. Así comienza la empresa alemana el durísimo comunicado con el que da por finalizada una de las relaciones comerciales más fructíferas en el mundo de la moda. La dirección de la marca deportiva no ahorra calificativos, colocando a Kanye West frente a un doloroso y patético reflejo de sí mismo. “Los comentarios y acciones recientes de Ye han sido inaceptables, odiosas y peligrosas. Violan los valores de diversidad e inclusión, respeto mutuo y equidad de la empresa”, aseguran desde adidas.
La marca deportiva rompe “la asociación con Ye de inmediato, finaliza la producción de productos de la marca Yeezy y suspende todos los pagos a Ye y sus empresas. Adidas detendrá el negocio de adidas Yeezy con efecto inmediato”. La cifra que ha tenido que provisionar adidas en su cuenta de resultados para hacer frente a este fiasco es un ejemplo del doloroso daño que Kanye West ha hecho a su cuenta corriente: 250 millones de euros en el resultado neto de la compañía en 2022, dada la alta estacionalidad del cuarto trimestre.
También es doloroso para el artista conocer lo que adidas revela en su nota de cara al futuro. La empresa alemana es la única propietaria de “todos los derechos de diseño de los productos existentes, así como de las combinaciones de colores anteriores y nuevas bajo la asociación”. Al artista desde ahora, ni agua.
Balenciaga fue la primera empresa en no tolerar las declaraciones de Kanye West. Ello a pesar de trabajar estrechamente con él e incluso hacerle desfilar en París hace unas semanas. Por aquellas fechas GAP o JPMorgan Chase ya lo vieron venir y rompieron cualquier relación con el rapero, a pesar de no haber abierto casi la boca. Ni en Vogue le quieren ver ya. El artista se ha quedado sin sello discográfico. Def Jam, filial de Universal Music Group, ya no quiere editar sus trabajos. Tampoco GOOD Music le apoya, al igual que las agencias de talentos con las que trabajaba.
Forbes estima que la fortuna personal de Kanye West ronda los 2.000 millones de dólares. Veremos en unos meses cuanto le queda de todo ello tras decir entre otras cosas a través de su Twitter que deseaba la “muerte al pueblo judío” o que “no puedo ser antisemita porque los negros también somos judíos”.
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