(Foto: Rihanna Instagram)
La expectación era máxima por ver a Rihanna en la Super Bowl tras siete años sin publicar disco y casi cuatro sin cantar en directo. Una reaparición que además se ha producido en uno de los eventos con mayor difusión del planeta. Más de 100 millones de personas han seguido en directo este acontecimiento deportivo que vive en su intermedio uno de los momentos más virales del año. Así que, como era de esperar, la artista nacida en Barbados no ha defraudado con un espectáculo visual superlativo.
Lo de menos durante los 14 minutos en los que ha permanecido en el estadio era el resultado entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles. Porque además, para sorpresa de todos, Rihanna ha confirmado un nuevo embarazo que ha quedado a la vista de forma prominente.
El pasado mes de mayo la cantante, de 34 años, dio a luz a su primer hijo con el rapero ASAP Rocky. El pequeño, cuyo nombre no ha trascendido por el momento, es el culpable de que su famosa mamá haya decidido volver a subirse a un escenario. “Es el momento adecuado. Si voy a dejar en casa a mi hijo, que sea por algo especial. Era ahora o nunca para mí” confesaba la cantante hace unos días en la presentación del show. Y ahora, al descubrir que está embarazada por segunda vez, estas palabras toman un especial significado.
Rihanna lo dio todo en un escenario repleto de plataformas móviles que la elevaron por encima del césped en varias ocasiones. Anclada con un arnés de seguridad en muchos momentos y acompañada por un centenar de bailarines hizo un repaso por sus grandes éxitos. Bitch Better Have my Money, We found love, All of the lights, Umbrella o Diamonds fueron algunos de los temas recreados en un evento visual único.
Rihanna presumió de incipiente tripita con un impresionante total look rojo. Un estilismo a cargo de Loewe, con bustier de vinilo en el pecho, deportivas para poder moverse con comodidad en una plataforma a varios metros de altura y un plumífero oversize en algunos momentos del espectáculo. Durante muchos instantes del espectáculo, Rihanna se acarició el vientre con ternura confirmando lo que todos llevaban preguntándose desde que irrumpió en el estadio.
Según ha confirmado la firma se trata de un diseño hecho a medida y creado para la actuación. Un look que se inspira en el equipación de vuelo y la dinámica escenografía del espectáculo y compuesto por “múltiples capas y texturas”. Loewe dice que “el atrevido catsuit rojo formaba la base del look con un elegante jersey de seda acompañado de un mono de lona de algodón a juego y un corsé a medida esculpido en cuero”.
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