Definitivamente, el éxito rápido no es fácil de digerir. Y eso es precisamente lo que ha pasado a «la extriunfita» Ana Guerra. A pesar de haber asistido a terapia, como se ha publicado, para controlar el ego ante ese gigante llamado fama, su ultima aparición publica deja patente que necesita más sesiones.
Este jueves, la cantante acudía a la entrega de los premios «Hombre del Año» de la revista Esquire, en la discoteca Kapital. Ana, que llegaba acompañada por un séquito de palmeros para entregar uno de los premios a los chicos de Estopa, dio la nota en dos ocasiones, durante la noche.
El primer traspié vino cuando al subir al escenario para presentar el premio quiso mandar a callar a los presentes. “Todavía no se han callado. ¡Callaros ya!” dijo. Las formas y el tono no gustaron al respetable. Y es que la chica seguramente quiso hacer una gracia y le salió mal. Pero este pequeño incidente se quedaba en nada con lo que vendría a continuación: al finalizar la entrega de galardones, la cantante salía disparada y subía a uno de los palcos. No sabemos si porque le entró algún bajón o por no querer compartir con el resto de invitados. Lo cierto es que la intérprete se fue del local a los pocos minutos, sin despedirse de nadie. Cosas de divas. En este caso, divas trasnochadas.
Y es que según publicó Marina Esnal en El Español los últimos compromisos de Guerra no habrían funcionado como se esperaba: «El inicio de gira tuvo lugar el pasado jueves 25 de abril en la ciudad de Girona. Pese a que lleva cosechando éxitos desde hace más de un año gracias a sus diferentes hits, las cosas no salieron como la canaria esperaba en su primer concierto, que tuvo lugar en el Auditorio de Girona ante tan solo 280 personas de 1.200 que cabían en la sala». Otra de las informaciones publicadas hablaban de un sonoro fracaso en la gira que la cantante está realizando con Cepeda, su compañero de OT. Algo que la propia Ana desmentía hace unos días en un acto: «Quien dice eso es que no ha venido a ver nuestro concierto». Sea como sea, la polémica siempre persigue a esta chica. Y es que las grandes estrellas son las más humildes. Y esto, precisamente no es una de las virtudes de la canaria, quien no aún no ha aprendido que el público y la prensa son dos armas necesarias para luchar en esta carrera. Tengamos Fe. Los milagros existen.
*Foto principal: Gtres
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