Sandra Gago habla de su amiga Ana Boyer: «Es muy divertida»
Sandra Gago ha acudido a los Premios GQ Hombres del año y ha hablado sin tapujos de su bebé, sus planes de futuro y su amistad con Ana Boyer.
Sandra Gago ha dejado a sus dos hombres en casa para asistir a la entrega de Premios GQ a los Hombres del año. La modelo está volcada en su faceta como madre con el pequeño Darío, que el próximo mes cumplirá un año. La mujer de Feliciano López está feliz y cada día más enamorada de su marido, al que acompaña a cada uno de sus torneos y compromisos profesionales. Una vida nómada en la que ha coincidido con Ana Boyer, con la que ha entablado una gran amistad.
Sandra Gago habla de los dos hombres se su vida
Espectacular con un elegante diseño negro sin estridencias, la modelo posó con la mejor de sus sonrisas. En una noche en la que ellos eran los protagonistas, desveló que los dos hombres de su vida son, como no podía ser de otra manera, Feliciano y su hijo Darío: «Son mi vida, los mejores del mundo». Sandra Gago está encantada con sus chicos y no puede evitar caerse la baba cuando habla de su bebé. Asegura que Darío al principio era «idéntico» al tenista, pero que ahora «tiene mezcla. Menos mal».
La modelo tiene claro que, de momento, no piensa en ampliar la familia «en un futuro sí, porque Darío es muy pequeño todavía», por ello se ha centrado en retomar su carrera como modelo. Y es que Sandra asegura que tiene muchas ganas de volver a ejercer su profesión, después de un año volcada en el cuidado de su hijo y la carrera profesional de Feliciano.
Sandra Gago y Ana Boyer son grandes amigas
Un modo de vida nómada en el que ha coincidido con grandes amigas como Ana Boyer. Se conocieron gracias a sus respectivos maridos, y por la profesión de ambos, han pasado mucho tiempo juntas con sus hijos en diferentes rincones del mundo. Una situación que las ha llevado a entablar una gran amistad, algo que se nota en las palabras que Sandra le dedica a la hija de Isabel Preysler.
«Es una grandísima persona y en el mundo del tenis al final nos conocemos todos. Nos encanta hacer piña y cuando viajamos nos encanta hacer planes, conocer las ciudades a las que vamos, es muy divertida. A veces sufrimos más nosotras que ellos con las derrotas», confiesa.