Se fue Álex Casademunt, el cariño desbordante de OT
El fallecimiento de Álex Casademunt llena de tristeza el mundo de la música y deja un vacío imposible de suplir entre los integrantes de la primera edición de Operación Triunfo.
La primera vez que te vi fue en la rueda de prensa que daba salida a la primera gira de Operación Triunfo. Tenías 19 años y eras un huracán. Era la primera vez que tanto tú como tus compañeros os enfrentábais a los medios. Tú siempre quisiste ser el líder y echar una mano cuando alguno de nosotros (la prensa) preguntábamos algo a lo que tus compañeros no sabían cómo contestar. Ahí estabas tú… «¿Oye, podéis hacernos preguntas de la gira?».
Tenías un gran corazón, eras un gran compañero. Muy currante y sobre todo, tenías energía para comerte el mundo. Viviste la vida como quisiste, querido Álex, pero te has marchado muy pronto. No quiero imaginar cómo estarán tus otros compañeros y mi quiero Tony Parra. Tu cómplice, tu manager, pero sobre todo, tu amigo.
Álex Casademunt vivió la vida a tope
Siempre te recuerdo con tu otro yo, Bustamante, quien fue tu compañero y amigo en la academia. Erais Zipi y Zape. Y luego, con tus chicos de Fórmula Abierta: Geno, Mireia y Javián. Creo que la música fue injusta contigo. Así me lo expresaste en una ocasión, con tristeza. Merecías más. Pero bueno, pudiste probar las mieles de la interpretación y de la tele, que también te gustaban.
El amor lo viviste a tope, sobre todo con tu Merche, que hoy llora tu partida. Espero que tu pequeña Bruna, con los años, pueda llegar a saber, a través de su madre, el tipazo que era su padre. No sé qué más decirte, querido Álex.
Gracias siempre por el cariño y por la energía que nos desbordaba a todos. Viviste a tope la vida. Disfrutaste las mieles del éxito. Y entendiste que a veces la gloria, no es eterna. Te mando un abrazo allí donde estés y espero que consigas la paz y la felicidad. Aquí te echaremos de menos. El próximo año se cumplirán 20 años de Operación Triunfo. Seguro que tus compañeros te recordarán y te darán el sitio que mereces. ¡Pórtate bien en el cielo, loquito! Y gracias por tus risas…