Destilando la historia de Lehmann y sus licores más representativos
La destilería Lehmann es una de las más antiguas de España y esconde en sus entrañas la tradición y la perseverancia de una familia que durante más de 150 años de historia ha convertido su trabajo en arte liquido.
Tan cerca y tan lejos a la vez, la destilería Lehmann elabora licores y destilados desde 1870. Su fundador Joan Curto y más tarde su hijo Ismael introducen barricas para la crianza de los primeros brandies. Esta práctica fue en esa época objetivo de los más atrevidos, ya que la elaboración de los vinos quemados y su exportación precisaba de una gran visión e inversión. Tortosa era puerto navegable del río Ebro, enlace con el Mediterráneo y parte de la muralla de uno de esos puentes que a la vez servían de embarcadero, se encuentra en las entrañas de Lehmann.
Lehmann, sinónimo de destilados y licores de calidad
Más tarde, la Guerra Civil destruye parte de las instalaciones y todo empieza a desmoronarse como un castillo de naipes, hasta que en 1957 María Lehmann toma las riendas del negocio. Ella lo reflota haciendo hincapié en los brandies de larga crianza y los anises y licores dulces tipo el Cualquiercosa o el Beso de Novia. Más tarde, su hijo Emilio automatiza los procesos de envasado, consiguiendo una mayor expansión y haciendo del nombre de Lehmann un sinónimo de destilados y licores de mucha calidad.
Entre barricas y licores el tiempo pasa, y en la actualidad Lehmann cuenta con más de un centenar de referencias en su portfolio. En él podemos encontrar licores de productos de proximidad tales como los conocidos licores de arroz del Delta o los licores de frutas, hierbas y flores. Los vermuts y las apreciadas absentas, tan conocidas y prohibidas al mismo tiempo, forman parte también de las elaboraciones de la familia. Pero quizás sean los brandies los espirituosos de más calidad que podemos encontrar en la destilería.
Nuevo whisky Saboga Hiberum
Probar en la Sala de Catas del mismo nombre un María Lehmann X.O. o un Curto I, 125 Aniversario es, sin duda, una experiencia única. Un auténtico producto de lujo al alcance de pocos y con limitadísimas botellas para amantes del brandy de calidad excelsa.
El último de los éxitos de Lehmann es un whisky. Su nombre es Saboga, en una clara alusión al pez fluvial y singular del río Ebro, cuyas orillas se encuentran a escasos metros de la destilería. El subtítulo de Hiberum Whisky es otra manera de poner en manifiesto la necesidad de diferenciar a éste de otros whiskys de corte más escocés.
Tanto es así, que las barricas de donde parte son soleras de roble francés y americano de los brandies de gran reserva de la familia. Esto le confiere notas muy especiales. Encontramos matices más propios de un bourbon o de un whisky de Tennessee, y la elegancia licorosa del brandy impregnada en la madera que le ha dado crianza.