Glenmorangie mezcla naturaleza y arte en su exquisito whisky de 23 años
La edición limitada surge de la colaboración especial entre el director creativo de whisky de Glenmorangie, Bill Lumsden, y el artista botánico japonés Azuma Makoto.
El amor por la naturaleza ha sido el nexo de conexión entre el director creativo de whisky de Glenmorangie, Bill Lumsden, y el artista botánico japonés Azuma Makoto. Ambos han dado vida a una edición limitada de un whisky de pura malta envejecido 23 años que es toda una obra maestra.
Todo comenzó con un viaje a la destilería Highland de Glenmorangie, donde el Bill Lumsden y Azuma se inspiraron en la belleza de su entorno para crear una botella única. Lumsden creó un whisky rico y suave, pero con un toque especial, que le hace diferente al resto.
Un whisky de Glenmorangie muy especial
Para conseguirlo, primero siguió las reglas maestras el whisky escocés, madurarlo en barricas de bourbon. L,uego llegó la innovación pues terminó de añejarse en barricas de roble que anteriormente habían contenido vino blanco Chardonnay de Borgoña. Una novedad en el mundo de Glenmorangie.
Mientras tanto, en su estudio de Tokio, Azuma Makoto se inspiró en los sabores del whisky para crear una compleja obra botánica titulada Shinra Bansho. Una celebración de todas las cosas que existen en el universo, y que se exhibe en el empaquetado del whisky de edición limitada.
Una botella que es todo un lujo
La obra es una intrincada mezcla de orquídeas, rosas y flores silvestres escocesas entrelazadas con corteza de árbol, raíces y musgo. Esta obra de arte ocupa un lugar destacado en el envase del whisky y sirve como representación visual de los sabores complejos y naturales encapsulados en la botella.
Así, este pura malta de 23 años “encapsula la naturaleza en todas sus formas, a través de notas de bálsamo de limón, peras escalfadas y cacao en polvo en capas sobre los tonos terrosos y a roble del suelo del bosque”, ha explicado Bill Lumsden.