Rayas: mitad mito, mitad obra de arte

Château Rayas 2007 tiene mucha, mucha vida por delante, si bien son escasas las botellas que llegan a viejas…

Ignacio Peyró. 19/02/2015
chateaurayas
Chateau Rayas

Château Rayas 2007, Blanc Réservé. Châteauneuf-du-Pape AC. Ródano Sur (Francia). La 2007 es una de las mejores añadas de este gran blanco de guarda. Un vino de justa fama mundial por ser tan potente como amable, tan impactante como poco estridente. Un blanco de puro carácter mediterráneo elaborado por un productor de enorme mérito. Este Rayas tiene mucha, mucha vida por delante, si bien son escasas las botellas que llegan a viejas… (Texto de Ignacio Peyró y Jesús Rocamora).

  • Bodega.
    Château Rayas es una de las bodegas míticas de Francia. Tiene encanto; pero es rara, como raros y excéntricos vienen siendo sus propietarios y gestores en las cuatro generaciones que ha habido desde que comenzó su andadura esta bodega, allá por el siglo XIX. Se trata de la familia Reynaud. Vamos a recorrerla, desde sus orígenes. Todo comenzó en 1880, cuando Albert, notario en los alrededores de Avignon, se quedó sordo con 45 años. Decidió reconvertirse en cazador y le faltó tiempo para comprar la finca Rayas, de unas 13 hectáreas, para dedicarse por entero a su nuevo –digamos- trabajo.  Pero entre batida y batida, se dedicó a otro trabajo secundario: el de vigneron. Plantó algunas cepas, elaboró algunos vinos. No se le daba mal, no. Pero no pasó de ahí. Lo que sí pasó, en su momento, fue a mejor vida.

    Bodega, Chateau Rayas
    Bodega, Chateau Rayas

    Y aquí aparece el personaje que cambió el destino de Rayas: su hijo Louis, que desdeñaba la caza y se dedicó a tiempo completo a conseguir un buen vino. Fue un personaje inquieto y peculiar. Así, una característica de la actual finca Ch. Rayas es su suelo: arenoso. No tiene los típicos galets, esos enormes cantos rodados que suelen cubrir los suelos de los viñedos en Châteauneuf: fue Louis quien los quitó, ¡a mano!, porque aseguraba que perjudicaban la buena maduración de sus uvas. Decía: «suelo fino, vino fino».

    De las 13 variedades autorizadas en la AOC, plantó sólo Garnacha. Pero no paraba. En 1920, se lanzó a embotellar y a comercializar. Más tarde compró el Domaine des Tours y el Château de Fonsalette. Lo de Château, aplicado al Rayas, se lo sacó Louis de la manga, porque le sonaba bien. En Rayas no hay ni atisbos de Château. Es más, la sede material de la bodega es y ha sido siempre un célebre desastre, que a muchos haría dudar de que de allí pueda salir algún vino bebible. Incluso durante una temporada llamó al Rayas “1er Cru” – que no existe en la AOC- porque le sonaba bien.

    Señal de acceso a la finca
    Señal de acceso a la finca

    Louis murió en 1978 y desde ahí correspondió a su hijo Jacques hacerse con el mando. Él también cuenta con un copioso anecdotario. Por ejemplo, no dejó entrar a Robert Parker en su bodega porque llegó tarde a la cita. Otra vez, le llamaron por teléfono para conseguir unas botellas. Respondió: «Mire, todavía no he comido y así soy incapaz de pensar. Llámeme después de comer y hablaremos”. En otra ocasión, un amigo visitó la bodega. Jacques le dio unas botellas sin etiquetar: acto seguido, le alcanzó las etiquetas y le dijo: «Toma, pégalas tú».

    Murió en el 97 y es aquí cuando aparecen su hermana Françoise y su sobrino Emmanuel. Ellos son actualmente los guardianes del secreto de estos vinos: mezcla de leyenda, mito y obra de arte. Nadie es capaz de saber qué pasa dentro de la bodega, porque una de las características de los Reynaud es su rebeldía respecto de las normas y la burocracia de la AOC. Por ejemplo, no descalifican el 5% de la uva, como manda la Denominación. Y si un poco de vino de una buena añada puede mejorar el vino de una vendimia peor, lo añaden con toda paz. Su filosofía es muy elemental: «Si algo es bueno para el vino, lo hacemos». Con la fama que tienen sus vinos, a ver quién se atreve a regañarles.

    Interior de la bodega, Chateau Rayas
    Interior de la bodega, Chateau Rayas

    La finca actual tiene 11,8 ha de Garnacha tinta y 1,8 ha de uva blanca: mitad Clairette y mitad Garnacha Blanca. Los rendimientos son mínimos: de 15 a 18 Hl/ha. Suelen dejar que la uva madure mucho. La orientación norte de sus tierras consigue una maduración de las uvas más lenta, larga y suave. El bosque que rodea sus viñas le confiere un microclima muy particular. Los suelos son de arcilla fina, calcáreos y arenosos, pero sin los habituales cantos rodados de la zona, que –como se ha dicho- se quitaron a mano.

    La producción media anual de Rayas es muy pequeña: unas 30.000 botellas. Pero este dato, como tantas otras cosas de la bodega, es confuso. Además de la falta de transparencia, últimamente la crítica ha señalado un nuevo problema: su irregularidad. Hay añadas excelentes y otras bastante mediocres. Los precios, en cambio, sí son constantes: siempre  muy elevados. Esa irregularidad es mayor en los blancos que en los tintos. La segunda marca, Château Pignan, es más constante; no lo elabora todas las añadas.

    Chateau Rayas
    Chateau Rayas

    Y la tercera, Fonsalette (Côtes-du-Rhône), tiene un espléndido tinto (100% Syrah) y un blanco muy inconstante –lo que implica que a veces es una maravilla. Tanto Pignan como Fonsalette han conocido, en los últimos años, enormes subidas de precio, si bien hay que puntualizar que antes eran una ganga, sobre todo el Fonsalette. En cuanto a la cuarta marca, el Pialade (Côtes du Rhône también) está bastante bien, sin la ambición de las anteriores. La familia posee otra bodega, que hace un tinto maravilloso a buen precio: Château des Tours, en Vacqueyras. Su tinto de Garnacha (80%) y Syrah (20%), a unos 20 E, es más que recomendable.

    Precata

    • Uvas. 50% Garnacha Blanca (plantada en tres momentos: la década de los 40, en los años 50 y en 1995), y el otro 50% Clairette (plantada en 1986). Antes se elaboraba sólo con Clairette. Algunos aseguran que lleva también Chardonnay. Vaya usted a saber.
    • Vinificación. Actualmente, la uva se fermenta en semi-Muids hasta pasado diciembre y luego se cría en barricas durante 11 meses.
    • Añada 2007. Uno de los mejores Rayas blancos de la historia. No fue buena añada en general en Francia. Sí lo fue, en cambio, en el sur del Ródano, donde resultó más cálida de lo habitual, pero a la vez con los picos de temperatura más frescos de los últimos 40 años. Eso dio a los vinos una fenomenal acidez (frescura). Según Emmanuel Reynaud, fue especialmente buena para los vinos blancos. Las mejores añadas de Rayas blanco han sido: 2007, 2006, 2005, 2004, 2003, 2000, 1999, 1996, 1990, 1989 y 1945, según www.idealwine.com.
    • Alcohol. 13,5º.
    • Tapón de corcho natural de 45 mm. Bueno. Muy blanco.
    vinoblanco
    Chateau Rayas blanco 2007

    Cata

    • Color. Amarillo verdoso pálido, brillante y juvenil. A pesar de sus más de 7 años, aún no tiene notas doradas. Tiene algunos sedimentos de lías. Lágrima, incolora, abundante.
    • Nariz. Rara, por atípica. Predominan unas notas novedosas, muchas veces herbáceas: mezcla de incienso, cacahuete y lúpulo suave. Si conseguimos descorrer esa cortina, nos encontramos con cosas que evocan a un Grand Cru de Borgoña, pero con una frutosidad distinta, singular, aunque de calidad: cítricos con miel, peras, mandarinas. A la vez, aletea una curiosa sinfonía floral: tilo, flor de acacia, flores blancas. Y al fondo de la estancia, bien ordenados, aparecen finalmente yodo, minerales y pastelería (mantequilla, obrador, masa recién elaborada). Se nota que es de zona soleada (Sur del Ródano): algo alcohólico.
    • Boca. Muy seco. Con volumen. Poderosísimo. Tiene tanto cuerpo, que recuerda a un Vega Sicilia Único. Las primeras notas, de impacto en boca, son golosas, ligeramente amieladas. Al poco, desaparecen, y va apareciendo lo que anunciaba la nariz. La fruta (cítricos, melocotón) emerge de un curioso y poderoso amargor (almendra fresca), que resulta muy grato. Buena acidez y profundidad. Minerales. Retrogusto con notas de yodo. Paso de boca graso y untuoso. Largo.
    Chateau Rayas
    Chateau Rayas
    • En conjunto. Un vino peculiar, distinto, con clase, grande, ampuloso, poderoso, redondo, equilibrado,… Con la categoría de los contrastes: hiperpotente, pero amable; brutal, pero armonioso; impactante, pero sin estridencias,… Un gran vino que se puede beber ya, y que pasará sobrado de 2020. En realidad, es imposible predecir cómo envejecerán estos vinos: algunos duran 30 y 40 años sin oxidación, mientras que otros se oxidan rápidamente. Éste apunta buenas maneras. Un vino escaso, que vale la pena buscar, aunque sea más grandioso, digamos, que placentero.

    PVP. Esta botella costó, rebajada, 89 € en Lavinia, en  febrero de 2012. Sin rebajar eran 105 €. Actualmente, en febrero de 2015, se puede adquirir en La Tintorería a 139,90 €.

    Calificación. 9,3/10.

    Otras calificaciones.

    • Stephen Tanzer (International Wine Cellar) le dio 95/100; y dice que es el mejor Rayas blanco desde que Emmanuel Reynaud se puso al frente de la Bodega.
    • Wine Spectator  94/100.
    • Robert Parker (The Wine Advocate) 93/100.

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